Embarazo: De la concepción al alumbramiento

Período que transcurre desde la concepción hasta el alumbramiento, el cual dura en promedio 280 días o 40 semanas (aproximadamente 9 meses) a partir de la última menstruación de la madre.
Cada mes el organismo de la mujer permite la maduración de un óvulo, el cual se desprende del ovario y entra en una de las trompas de Falopio (conductos que se prolongan hasta la parte superior del útero o matriz); cuando hay coito, el esperma depositado por el hombre se desplaza hasta ahí para concretar la fecundación.
El cigoto u óvulo fertilizado se convierte en sólido conglomerado de células, luego en esfera hueca llamada blastocisto, el cual se adhiere a la pared uterina (endometrio), y más adelante se transforma en embrión (estructura sin características humanas).
Por su parte, en el interior de la matriz se desarrolla la placenta, tejido esponjoso que permite el intercambio de oxígeno y nutrientes entre la madre y el producto a través del cordón umbilical, además de que se encarga de generar las hormonas que ayudan en la gestación:
Hormona gonadotropina coriónica humana. Sólo se produce durante el embarazo, primero en los ovarios y luego en la placenta. La concentración de esta sustancia, fácil de detectar en sangre y orina, aumenta en forma drástica durante el primer trimestre del embarazo y desencadena sensaciones de náusea y vómito.
Lactógeno de la placenta humana. Asegura el correcto desarrollo fetal y cumple la función de estimular a las glándulas productoras de leche que se encuentran en los senos como preparación para la lactancia.
Estrógeno. Es responsable del desarrollo de las características sexuales femeninas y ayuda a que la gestación ocurra de manera saludable. Esta hormona se forma normalmente en los ovarios, pero durante el embarazo también la produce la placenta.
Progesterona. Estimula el engrosamiento del recubrimiento del útero, preparándolo para proteger al óvulo fecundado.
Es producida por los ovarios y la placenta durante el embarazo.
De acuerdo con estimaciones de organismos internacionales de salud, para mantener un embarazo saludable es necesario que la madre incremente 300 calorías diarias a su dieta.
Tales nutrientes deben provenir de una dieta equilibrada, basada en frutas, verduras, granos integrales y proteínas; dulces y grasas deben ingerirse poco.
Una alimentación sana y bien equilibrada durante el embarazo también ayuda a reducir algunos síntomas del embarazo, como náuseas y estreñimiento. Las siguientes son las raciones diarias de alimentos que se aconsejan para una mujer encinta:
9 porciones de pan y/o cereales integrales (cada una equivale a una rebanada de pan de caja, una tortilla, media taza de arroz o una taza de cereal para desayuno con fibra).
4 porciones de verduras (cada una es igual a media taza de verduras crudas o cocidas, 3/4 de taza de jugo o una taza de hortalizas crudas de hoja, como lechuga, acelga y espinaca).
3 porciones de frutas (cada una equivale a una manzana o un plátano medianos, media taza de fruta picada o 3/4 de taza de jugo o zumo).
3 porciones de leche y productos lácteos (cada una es igual a una taza de leche o yogurt, o 40 gramos de queso fresco).
3 porciones de carne o fuentes de proteína (cada una equivale a 90 gramos de carne sin grasa, una taza de frijol cocido, un huevo, 2 cucharadas de crema de cacahuate o 1/3 de taza de frutos secos como nuez, pistache o almendras).
Dichas cantidades son recomendadas para féminas que contaban con peso normal antes de quedar embarazadas; quienes se encontraban debajo o encima de su cifra ideal deben analizar sus necesidades alimenticias particulares con ayuda del ginecólogo o nutriólogo.
Asimismo, cabe señalar que la práctica regular de ejercicio, bajo la aprobación del médico, ayuda a aminorar las molestias físicas del embarazo y contribuye a la recuperación de la madre después del parto.
Algunos estudios revelan que las mujeres que practican algún deporte de manera regular y se encuentran en buen estado físico pueden continuar con su práctica durante todo el embarazo sin riesgo alguno; empero.
Las que son inactivas o que presentan complicaciones médicas deben consultar a su ginecólogo antes de realizar alguna actividad de este tipo.
Características y diagnóstico
Las manifestaciones y molestias ocasionadas por el embarazo varían de una mujer a otra; sin embargo, podemos considerar las siguientes como las más habituales:
Amenorrea o suspensión del sangrado menstrual.
Náuseas y vómitos matutinos (hiperemesis gravídica), sobre todo durante el primer trimestre del embarazo, debido al incremento en el nivel de las hormonas.
Aumento de peso, que durante todo el embarazo debe ser entre 10 y 14 kilogramos.
Excesiva necesidad de orinar, tanto por cambios hormonales como porque la vejiga se llena más rápido.
Formación de estrías por el estiramiento de la piel en el abdomen, espalda baja y senos.