La Capilla Sixtina contará desde el próximo octubre con un nuevo sistema de climatización e iluminación para reforzar la conservación de los frescos de Miguel Ángel y aumentar el acceso de 700 a dos mil personas al mismo tiempo, según informó el “L’Osservatore Romano” en su edición de hoy.
La instalación de estos nuevos sistemas, que comenzaron ayer, no impedirán las visitas durante todos los meses que durarán las obras, confirmó una fuente de los Museos Vaticanos.
Los cambios en el sistema de aireación servirán para preservar las pinturas de los elementos nocivos como el polvo, el sudor o el dióxido de carbono que desprenden los miles de turistas que acceden a diario a la sede de los cónclaves, según escribió el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, en el “L’Osservatore Romano”.
El diario vaticano publica una reflexión de Paolucci bajo el título “Aire nuevo para la Sixtina”, en la que explica como los seis millones de visitantes que registra al año la capilla “es un número impresionante y objetivamente peligroso” para su conservación.
“Por ello, la Capilla Sixtina necesita un nuevo sistema de climatización, refrigeración y control de la polución”, agregó Paolucci.
Esta nueva intervención incrementará el acceso a la Capilla Sixtina de 700 a dos mil personas al mismo tiempo y mejorará las condiciones de conservación de los frescos del polifacético artista del Renacimiento, explicó el “L’Osservatore Romano”.
“Hoy la capilla corre el riesgo de ser víctima de su propio éxito”, destacó Paolucci, quien apuntó además que las restauraciones de los años 80 y 90 del siglo XX permitieron multiplicar su afluencia de público.
El coste de las obras correrá a cargo del Gobernatorado del Estado del Vaticano, y será “mínimo” según recoge el rotativo de la Santa Sede, porque el equipo para la instalación de la iluminación será donado por la empresa Osram, así como el de climatización por Carrier.
El presidente de Gobernatorado del Estado del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello, bendijo ayer a los trabajadores que participarán en estas obras y apuntó que los Museos Vaticanos “deben ser bonitos itinerarios de fe para lanzar interrogantes a los que no creen o ya no creen”.
La capilla fue construida en 1484 para el papa Sixto IV, a quien le debe el nombre, y en este periodo se pintaron los frescos de las paredes laterales con la firma de Botticelli, Pietro Perugino o Domenico Ghirlandaio. Fue el papa Julio II quien encargó a Miguel Ángel su decoración (1508-1512).
El artista creó, para la bóveda, nueve escenas del libro del Génesis como “Creación de la luz”, el “Pecado Original” y el “Diluvio Universal”. Bajo el pontificado de Clemente VII (1523-1534) y de Pablo III (1534-1549), Miguel Ángel pintó la pared frontal donde se encuentra el altar mayor, sobre la que creó el “Juicio Final”. Además de formar parte del recorrido de los turistas por los Museos Vaticano, la Capilla Sixtina es el lugar dónde se celebra el Cónclave para la elección del nuevo pontífice, así como el papa también celebra allí el bautizo de algunos niños en enero, cuando la Iglesia celebra el bautismo del Señor.
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