Al menos 14.6% estudiantes de preparatorias y universidades privadas del Estado de México, Distrito Federal y Querétaro han sido víctimas de bullying vía celular, mail, chat , facebook o twitter; 11.6% ha recibido amenazas verbales, obligado a hacer cosas o ha sido chantajeado; 9.0% ha sido acosado sexualmente con actos y comentarios y 3.3% ha recibido amenazas con armas u otros objetos.
El 90% coincide que el bullying es aprendido en la sociedad y lo fomenta la impunidad que impera en todos los niveles de gobierno, advierte la doctora en psicología, Fany Eisenberg Glantz.
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El 24.8% de alumnas no interviene porque considera que es peligroso y pueden ser ellas las siguientes víctimas.
El 22.3% de los hombres no media porque no les interesa o porque las víctimas no son sus amigos y, el 6.5% no actúa porque les divierte las agresiones que ven.
La muestra, que se aplicó entre estudiantes con edades de 15 a 26 años, de clase media, media alta y alta (mil 234 mujeres y mil 221 hombres de preparatorias, así como 544 mujeres y 523 hombres de universidades), también arroja que 21.5% de los hombres de preparatoria y 17.6% de nivel profesional creen que podrían convertirse en agresores, si el otro se lo merece.
Las cifras corresponden a un estudio inédito sobre las relaciones de intimidación o acoso del Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, que coordina Fany Eisenberg Glantz. La investigación se aplicó en un universo de tres mil 522 entrevistados, de los cuales mil 234 son mujeres y 544 son hombres.
Urge legislar con castigo
El pasado lunes el Senado informó que abrirá una serie de conversatorios con participación activa de niños, padres de familia y maestros, y recabará información con el fin de legislar para la prevención del bullying al interior y exterior de los planteles escolares.
Lo anterior a una semana de que Héctor Alejandro Méndez, un estudiante de secundaria en Ciudad Victoria, Tamaulipas, murió a causa de violencia escolar.
Al respecto, Fany Eisenberg Glantz afirma que “de nada va a servir una política de escuela, o pública, en materia de bullying, si no va a haber una consecuencia real, sino se combate la impunidad”.
Cita el testimonio de Sonia, una estudiante de 19 años, víctima de bullying desde la primaria hasta la universidad.
“A ella la molestaban por ser callada y llevar buenas calificaciones; incluso en segundo grado de primaria, una compañera le golpeó la nariz al grado de que sangró. Cuando acusó a la agresora con la maestra, ésta le respondió que sólo había sido un accidente y que no exagerara las cosas”.
Sonia dejó de ser blanco de agresiones hasta que ella se volvió agresiva y ahora dice que no piensa volver a permitir que nadie le rompa la nariz, “primero la rompo yo, finalmente nadie hará nada para detenerme, por lo que no tengo nada que de qué preocuparme”.
Eisenberg Glantz, investigadora de Ciencias de la Conducta y Humanidades en el Tec del Estado de México, reitera que los niños crecen en ambientes en los que todo se permite; “en una sociedad incapaz de controlar a los delincuentes”. Crecen donde alguien mató a otro y nadie lo agarra “o lo agarran y lo dejan salir”, entonces piensan “a mí nada me va a pasar si hago lo mismo en la escuela”, concluyó.
