Tendido sobre ese césped en el que conoció la inmortalidad, Cuauhtémoc Blanco disfruta los últimos minutos de la práctica. Se trata de un regreso fugaz a la Selección Nacional, pero muy intenso, marcado por la admiración de los hombres que le acompañan.
Rafael Márquez, Héctor Moreno y Marco Fabián están junto a él. Hay camaradería, algunas bromas… Buen ambiente.
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Las supuestas diferencias con el capitán del Tricolor son simple anécdota. El propio Káiser de Michoacán lo deja en claro al revelar su idolatría por el Temo, quien será homenajeado en el amistoso de mañana contra Israel, en el Estadio Azteca.
“Desde luego que se lo merece, porque es el ídolo de todos, por todo lo que ha hecho por México”, dice Márquez. “Más que mi amigo, es mi ídolo”.
“Nunca tuvimos diferencias entre nosotros. Ustedes [prensa] hicieron las cosas más grandes de lo que eran”.
Por eso, ambos interactúan durante buena parte de la sesión efectuada sobre el lienzo verde del Coloso de Santa Úrsula.
Blanco convive con el grupo unos cuantos días, suficientes para recibir innumerables muestras de cariño.
“Hay gente que está marcada, a la que el público ha hecho ídolos y él [Cuauhtémoc] es uno de ellos”, considera Miguel Herrera, director técnico tricolor. “La conexión y química que tiene con la gente es excepcional… Hoy sí es un homenaje propuesto por los directivos, el cual merece el chavo”.
En la cancha le acompañarán hombres que crecieron admirándolo. Sí, buena parte de los sueños abrazados por varios de los elegidos por el Piojo para la XX Copa del Mundo tuvieron como inspiración al genio de la desgarbada figura, al que rendirán pleitesía junto a casi 100 mil personas.
“Me da mucho gusto poder estar en su partido de homenaje. Siempre he dicho que Cuauhtémoc es de los jugadores que más he admirado”, comparte Giovani dos Santos.
“Es increíble [el homenaje]. Creo que es más que merecido para él. Es un jugador que ha dado muchísimo a este país, a esta Liga”, complementa Javier Hernández. “Es un ídolo de todos los mexicanos”.
Será titular
Herrera oficializó ayer que Blanco comenzará el choque con los israelíes. Hará dupla en el ataque con Oribe Peralta.
“Jugará 15 ó 20 minutos, porque no queremos hacerle un homenaje de que toque la pelota y lo saquemos”, advierte el técnico. “Vamos a ver para que juegue un rato con el equipo y la gente lo vea en la cancha”.
Será su duelo número 122 con la camiseta del Tri, que defendió en tres Copas del Mundo (Francia 1998, Corea del Sur-Japón 2002 y Sudáfrica 2010). En todas hizo gol.
Es el segundo máximo realizador en la historia del combinado (39 goles). Producción que, junto a su interminable entrega, le permiten decir adiós con la frente en alto.
“No sé si sea ídolo, pero he trabajado para la Selección Mexicana y, cuando estuve ahí, di mi máximo esfuerzo”, recuerda. “Con eso me voy contento. Lo más importante es que te sientas feliz con lo que has hecho y me voy contento, satisfecho. No le debo algo a nadie”.
“Siempre que jugaba ahí iba a representar a mi país y, cuando cantábamos el Himno, se me ponía la piel chinita. Sabía que toda la gente tenía muchas esperanzas en uno”.
Público entre el que estaban muchos de los futbolistas que mañana le acompañarán en su última vez como seleccionado nacional.
Se trata de un fugaz retorno, mas altamente emotivo, cargado de cariño y admiración.
