Proyectaron imágenes de “El Mencho” durante concierto en Jalisco; tendrán restricciones judiciales mientras avanza la investigación.

El grupo musical Los Alegres del Barranco fue vinculado a proceso este lunes 12 de mayo por presunta apología del delito, luego de rendir homenaje en un concierto al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”. La audiencia se llevó a cabo en los Juzgados de Control y Juicio Oral del penal de Puente Grande, Jalisco.
Durante la presentación en Zapopan, celebrada a finales de marzo, la banda proyectó imágenes del narcotraficante y entonó un narcocorrido titulado El del palenque, que hace referencia directa a Oseguera Cervantes. Este acto provocó que se abrieran al menos cuatro carpetas de investigación en su contra por eventos similares en Villa Purificación, Cihuatlán y Tequila.
Como parte de las medidas cautelares, el juez determinó que los integrantes del grupo deberán presentarse semanalmente a firmar en un juzgado, cubrir una garantía económica de 300 mil pesos cada uno, y limitar sus desplazamientos a presentaciones previamente autorizadas, regresando de inmediato al estado. La Fiscalía estatal tendrá tres meses para concluir la investigación complementaria.
La acusación se basa en la difusión pública de contenido que exalta a personajes vinculados con el crimen organizado, lo cual puede interpretarse como apología del delito, una figura jurídica que ha cobrado fuerza frente al auge de los narcocorridos y su influencia en la cultura popular.
En medio del debate sobre la regulación de este tipo de expresiones artísticas, la presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado su desacuerdo con la censura, pero ha impulsado alternativas como el concurso México Canta, orientado a jóvenes entre 18 y 34 años, cuyo objetivo es promover la música regional sin contenidos que glorifiquen la violencia o el narcotráfico.
El caso de Los Alegres del Barranco reaviva la discusión sobre los límites entre la libertad artística y la responsabilidad social, en un país donde la narcocultura se ha infiltrado en múltiples niveles de la vida cotidiana.