En un duelo donde la estética del juego brilló por su ausencia, pero la intensidad estuvo al rojo vivo, el Oklahoma City Thunder dio una muestra de carácter que podría cambiar el rumbo de la serie. Con un juego trabado, errores por doquier y un marcador de otra época, los jóvenes de OKC vencieron 92-87 a los Denver Nuggets en el Juego 4 de las Semifinales del Oeste, empatando la serie 2-2 y recuperando la esperanza de una clasificación que se tambaleaba.
Shai Gilgeous-Alexander fue nuevamente el líder con 25 puntos, aunque el verdadero punto de inflexión lo protagonizaron los menos esperados: los reservas Cason Wallace y Aaron Wiggins, que orquestaron una racha de 11-0 en el último cuarto, sellando la remontada. Wallace, con dos triples clave, y Wiggins, con otro más, inclinaron la balanza en un partido que estuvo al borde del colapso ofensivo.
Denver, que llegaba con la experiencia de un campeón defensor, pareció desconectado. Fallaron 20 de sus primeros 22 tiros y solo anotaron ocho puntos en el primer cuarto, igualando el récord de menor anotación en un primer cuarto en la historia de los playoffs. Nikola Jokic lideró con 27 puntos, pero necesitó más de 20 intentos, y sus errores desde la línea (incluidos dos tiros libres cruciales en el cierre) ayudaron a que el Thunder escapara con la victoria.
La energía del Ball Arena, que 36 horas antes había vivido un electrizante juego con prórroga, pareció quedarse dormida. Los dos equipos combinaron 25 puntos en el primer cuarto, con cifras que harían sonrojar a cualquier ataque universitario. Fue un duelo de piernas pesadas, decisiones precipitadas y un sinfín de tiros fallados.
Pese a todo, el Thunder se sacudió las dudas, mostrando por fin ese “instinto de supervivencia” que les había sido esquivo en los finales apretados anteriores. La defensa, con un Caruso omnipresente, fue el ancla que mantuvo a flote al equipo cuando el ataque flaqueaba.
“Es al mejor de tres. Perdimos el partido. A por el siguiente”, dijo un sereno Jamal Murray tras el encuentro. Pero la realidad es que Denver desperdició una gran oportunidad de colocarse 3-1, y ahora deberá ganar dos de los tres juegos restantes, con dos visitas a la eléctrica Oklahoma City.
