El presidente de EE. UU. modera su postura tras atacar duramente al jefe de la Reserva Federal y exigir recortes en las tasas de interés.
Luego de una semana marcada por ataques verbales y presiones políticas, el presidente Donald Trump afirmó este martes en el Despacho Oval que no tiene intención de despedir a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), pese a sus recientes críticas por el manejo de las tasas de interés en medio de la inflación y la ralentización económica.
El cambio de postura contrasta con sus declaraciones previas, cuando, a través de su red social Truth Social, tachó a Powell de “Señor Tardón” y “gran perdedor”, acusándolo de actuar “demasiado tarde y equivocadamente” frente a la inflación. Además, Trump ha insistido en que es “el momento perfecto para bajar las tasas de interés” y ha urgido a Powell a ser “más activo”.
La disputa ocurre mientras la economía estadounidense enfrenta presiones por la guerra comercial con China, impulsada por la política arancelaria de Trump. Sin embargo, el mandatario evitó vincular dicha estrategia con el alza de precios, enfocando sus críticas exclusivamente en la Fed.
Aunque Powell ha reiterado que el presidente no puede destituirlo sin causa justificada, Trump ha mantenido una relación tensa con él desde su primera designación. Encuestas recientes de CNBC muestran que más del 55 % de los ciudadanos desaprueban la gestión económica de Trump, particularmente por su manejo de la inflación.
Trump concluyó su intervención con optimismo, asegurando que los aranceles del 145 % a China “se reducirán sustancialmente” y que un acuerdo comercial con el gigante asiático aún es posible.
