El director lamenta haber incluido al ahora presidente en la película de 1992.
El cineasta Chris Columbus, director de la película Mi pobre angelito 2: Perdido en Nueva York, reveló que lamenta profundamente haber incluido una escena con Donald Trump en el filme. Esta confesión se dio durante una entrevista con el periódico San Francisco Chronicle.
“No puedo con ello”, declaró Columbus al medio estadounidense, haciendo referencia a los apenas siete segundos en los que Trump aparece en pantalla. El director expresó que, de poder, eliminaría esa escena de la cinta que fue un gran éxito en los años noventa.
De manera sarcástica, el cineasta añadió que si llegara a quitar esa parte, podría ser “expulsado del país”, dado el simbolismo que la figura de Trump ha adquirido desde que se convirtió en presidente de Estados Unidos. “Se me considerará prácticamente incapaz de vivir en Estados Unidos”, ironizó.
La escena en cuestión ocurre cuando Kevin McCallister, interpretado por Macaulay Culkin, se cruza con Trump en el Hotel Plaza de Nueva York, propiedad del magnate en ese momento. La aparición es breve, pero se ha vuelto un punto de crítica con el paso del tiempo.
Columbus explicó en entrevistas previas que Trump impuso su aparición como condición para permitir que el rodaje se realizara en su hotel. Aunque inicialmente fue una decisión práctica para la producción, hoy el director considera que fue un error.
Por su parte, Donald Trump declaró en 2023 que en ese momento estaba “muy ocupado” y que fue el equipo de producción quien le pidió aparecer. “El director me rogó para que lo hiciera”, aseguró, contradiciendo la versión del cineasta.
La película fue estrenada en 1992 como secuela del éxito Mi pobre angelito, estrenado dos años antes. En esta entrega, Kevin se pierde en Nueva York y vive nuevas aventuras mientras enfrenta a los mismos ladrones que intentaron robar su casa en Navidad.
Chris Columbus, de origen italiano, ha dirigido otras cintas icónicas como Mrs. Doubtfire y las dos primeras entregas de Harry Potter. Sin embargo, su relación con la secuela de Mi pobre angelito sigue marcada por esa breve, pero polémica, aparición del ahora presidente de Estados Unidos.
