Turista alemán sube al Castillo de Chichén Itzá y es agredido por la multitud

El hombre violó las normas de seguridad durante el fenómeno del descenso de Kukulcán; visitantes exigieron su castigo.

Un turista de origen alemán, de 38 años, desató la indignación de miles de visitantes al escalar la pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá durante el equinoccio de primavera, en el momento exacto en que se registraba el fenómeno del descenso de la Serpiente Emplumada.

El incidente ocurrió a las 16:58 horas, cuando más de 9 mil personas se encontraban en el sitio arqueológico para presenciar el espectáculo de luz y sombra que proyecta siete triángulos isósceles sobre la escalinata norte del templo. Aprovechando un descuido de los elementos de seguridad, el sujeto corrió y logró llegar a la cima del Castillo, incluso adentrándose en la cámara de la pirámide para evitar ser detenido.

«Se escapó de nuestras manos, a pesar de que estamos vigilando la zona oeste del Castillo. Pasó corriendo, se ve que tiene buena condición física», relató un guardia que prefirió no identificarse.

Ante la violación de las reglas establecidas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) desde 2006, la multitud reaccionó con enojo y comenzó a insultar al infractor, exigiendo su castigo inmediato. Los custodios del INAH lograron bajarlo por el lado este de la pirámide, cerca del Templo de las Mil Columnas, para evitar confrontaciones con los asistentes.

Sin embargo, la turba enardecida no se contuvo y lo atacó físicamente, exigiendo incluso su «sacrificio» como castigo. En medio del caos, agentes de la Guardia Nacional y del INAH intentaron resguardar al turista, pero también fueron agredidos por la multitud. El hombre recibió varios golpes, uno de ellos en la frente, lo que le provocó una herida sangrante.

Este no es el primer caso de un visitante que desafía la prohibición de subir al Castillo de Kukulcán. En los últimos años, al menos tres personas han cometido la misma infracción y han recibido multas por alterar el orden público y posibles daños al patrimonio cultural.

El INAH recordó que la restricción se implementó para preservar la integridad de la pirámide, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y evitar su deterioro. Dependiendo de la gravedad del daño causado, el turista podría enfrentar sanciones económicas e incluso una denuncia penal.

A pesar del altercado, miles de personas lograron disfrutar del equinoccio de primavera y del impresionante descenso de Kukulcán, un fenómeno arqueoastronómico que ocurre dos veces al año en Chichén Itzá.

En esta ocasión, investigadores revelaron nuevos hallazgos sobre la precisión astronómica de los mayas, señalando que días antes y después del equinoccio se pueden percibir entre cinco y nueve triángulos de luz solar en la pirámide, lo que servía como una guía para los antiguos mayas en sus ciclos agrícolas.

El INAH reiteró su llamado al respeto de las normas y a la conservación del legado cultural de México, evitando acciones que puedan poner en riesgo la integridad del sitio y la seguridad de los visitantes.

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