FAA restringe vuelos de helicópteros cerca del aeropuerto de Washington

La FAA impuso restricciones a los vuelos de helicópteros cerca del aeropuerto Ronald Reagan tras la colisión entre un helicóptero militar y un avión comercial, que resultó en 67 fallecidos.

La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) implementó nuevas restricciones a los vuelos de helicópteros en áreas cercanas al aeropuerto Ronald Reagan de Washington D.C., tras la colisión entre un helicóptero militar y un avión comercial que dejó 67 personas fallecidas. La medida busca prevenir futuros accidentes en una de las zonas aéreas más congestionadas del país.

Según informó la cadena NBC News, las restricciones afectan dos rutas clave para helicópteros cerca del aeropuerto. La “Zona 1”, que cubre el espacio aéreo entre varios puentes sobre el río Potomac, ha sido desactivada temporalmente. En la otra ruta, los helicópteros solo podrán volar al sur del puente Woodrow Wilson. La FAA aclaró que se harán excepciones para vuelos de evacuación médica y operaciones de las fuerzas de seguridad.

El accidente ocurrió la noche del miércoles, cuando el avión comercial Bombardier CRJ700 de American Airlines, que cubría la ruta entre Wichita, Kansas, y Washington D.C., descendía hacia el aeropuerto Ronald Reagan. En el avión viajaban 60 pasajeros y 4 tripulantes, mientras que el helicóptero militar transportaba a 3 soldados. Tras la colisión, ambos aparatos cayeron sobre las frías aguas del río Potomac.

Hasta el momento, los equipos de rescate han recuperado 41 cuerpos, según informó el Departamento de Bomberos y Servicios Médicos de Emergencia del Distrito de Columbia. Las autoridades han descartado la posibilidad de encontrar sobrevivientes entre las 67 víctimas del accidente, lo que lo convierte en el más mortífero en Estados Unidos desde 2001.

La FAA ha enfatizado que estas restricciones son temporales y forman parte de una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad en el espacio aéreo de Washington D.C., una de las zonas más complejas debido a la alta densidad de tráfico aéreo y la presencia de helicópteros militares y de seguridad.

El accidente ha reavivado el debate sobre la seguridad aérea y la necesidad de mejorar la coordinación entre los controladores de tráfico aéreo y los operadores de helicópteros. Además, ha puesto en evidencia la escasez de personal en los centros de control, un problema que ha sido denunciado por expertos y trabajadores del sector durante años.

Mientras las investigaciones continúan, las familias de las víctimas y la comunidad de Washington D.C. esperan respuestas y acciones concretas para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro. La FAA ha asegurado que trabajará en estrecha colaboración con otras agencias y expertos para fortalecer las medidas de seguridad y garantizar la protección de todos los usuarios del espacio aéreo.

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