(Haber PS. N Engl J Med 2025;392:258-66)
Adicción al alcohol se conforma por síndrome crónico de remisiones y recaídas de exceso de beber alcohol, lo que causa problemas sociales y de salud. Se estima que sólo en los EEUUA, 29 millones de personas son afectadas por este problema, con alrededor de 180,000 muertes anuales, el doble de lo que se observa con el empleo de opioides. Aproximadamente el 50% de los desórdenes de abuso de alcohol, tienen base heredada.
El consumo de alcohol activa regiones cerebrales, con aumento de dopamina, opioides endógenos, ácido gamma-aminobutírico, endocanabinoides y otros neurotrasmisores.
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Los metabolitos no oxidativos de alcohol son biomarcadores del consumo de alcohol, fosfatidiletanol es un conjugado de fosfatidilcolina y etanol, presente en los eritrocitos por semanas posterior a beber, con vida media de 10 días.
El riesgo de suicidio aumenta, particularmente en los primeros 5 años después del diagnóstico de desorden de uso de alcohol. Las condiciones físicas más comunes que se asocian con el alcohol, son sobrepeso, hipertensión y enfermedad hepática, con deficiencias de micronutrientes como tiamina y zinc, alteraciones electrolíticas y deficiencias proteicas. Entre los desórdenes neurológicos, se incluyen trauma craneal, abuso de drogas, síndrome de Wernicke-Korsakoff y hematoma subdural, entre otras, además de osteopenia.
El manejo incluye sesiones de psicoterapia, así como tratamiento farmacológico, como baclofén, sedantes, ansiolíticos y antidepresivos.
Ni abstemio, ni ebrio: ¿casi sobrio?
(New York Times; enero 2025)
En un intento de llegar a más personas, los expertos han adoptado este enfoque, con el que aseguran que es mejor reducir al menos un poco el consumo de alcohol, que no hacerlo en absoluto.
La designación soberish, a veces también denominada “sobriedad curiosa”, se ha puesto de moda en Estados Unidos y en otros países a medida que se conocen mejor los riesgos del alcohol para la salud. Estar “casi sobrio” puede significar beber con más atención, beber menos o evitar totalmente el alcohol. En las fiestas, la gente suele recurrir a las bebidas carbonatadas y las cervezas sin alcohol, y cada vez hay más personas que utilizan aplicaciones que les ayudan a controlar y reducir su consumo de alcohol.
“La dura realidad es que la sobriedad total no será un éxito para quien solo quiera reducir su consumo”, dijo. “Ese enfoque de todo o nada significa que la mayoría de la gente no hará nada y seguirá bebiendo durante mucho tiempo”.
La abstinencia es más saludable que beber un poco, a pesar de que algunos médicos llevan años pregonando los beneficios del consumo moderado de alcohol.
Y para los pacientes con un trastorno grave por consumo de alcohol, la sobriedad puede ser el único modo de evitar las ansias. Estas consecuencias pueden incluir la pérdida del trabajo, las relaciones y el interés por los hijos o las aficiones.
“Si su sistema de recompensas está tan organizado en torno a la buena sensación que les da el alcohol, será más difícil contener ese impulso de beber”. Incluso para algunas personas a quienes no se les ha diagnosticado un trastorno por consumo de alcohol, la sobriedad simplemente funciona mejor.
Los funcionarios de salud pública llevan mucho tiempo defendiendo la sobriedad como el mejor antídoto contra el problema de la bebida. Sin embargo, aunque cada vez se conocen mejor las desventajas del alcohol, algunos expertos han llegado a la conclusión de que ese planteamiento podría no funcionar bien para los millones de personas que no son adictas al alcohol o que solo presentan uno o dos síntomas de trastorno por consumo de alcohol, como la dificultad para limitar la cantidad que beben o los atracones ocasionales.
En un intento de llegar a quien puede no querer o no necesitar dejar de beber, los expertos han adoptado cada vez más un enfoque de reducción de daños, afirmando que es mejor al menos reducir un poco que no hacerlo en absoluto.
En los últimos años ha aumentado el consumo de alcohol y, con él, las enfermedades y muertes relacionadas con ese hábito. Entre 1999 y 2020, las muertes por alcohol en Estados Unidos aumentaron más del doble, según un análisis de datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Las personas que reducen su consumo de alcohol o se emborrachan menos a menudo experimentan descenso de la hipertensión, mejoran de la función hepática y mejoran su calidad de vida. Los bebedores empedernidos pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular si moderan su consumo de alcohol. Un pequeño estudio demostró que también mejoraban los síntomas de ansiedad.