Un violento ataque en un bar de Querétaro evidencia la creciente inseguridad en México, mientras el gobierno abandona la política de “Abrazos, no balazos” y responde con mayor fuerza.
La tranquilidad de Querétaro se vio interrumpida la noche del sábado cuando un grupo armado irrumpió en el bar “Cantaritos”, ubicado en la Avenida Circunvalación, dejando un saldo de diez personas muertas, siete más heridas y una fuerte presencia de fuerzas de seguridad en el lugar. El ataque, ocurrido alrededor de las 11 p.m., fue captado en video y posteriormente difundido en la red social X, donde se observa el momento en el que los hombres armados abren fuego dentro del establecimiento, sorprendiendo a los presentes y sembrando el pánico.
Según las primeras investigaciones, un grupo de hombres armados llegó en una camioneta Nissan Frontier, descendió en la puerta del bar y abrió fuego contra los presentes, en un tiroteo que duró unos 20 segundos. Los atacantes no solo dispararon dentro del establecimiento, sino también a quienes intentaron escapar o voltearon a mirar, generando pánico entre las personas en el lugar.
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El secretario de Seguridad Pública de Querétaro, Juan Luis Ferrusca, informó que los atacantes iban armados con “armas largas” y que, tras el ataque, lograron escapar en la camioneta, la cual fue posteriormente encontrada incendiada en el municipio de El Marqués. Las cámaras de seguridad captaron el momento del tiroteo, evidenciando cómo las personas intentaron resguardarse bajo las mesas para protegerse de los disparos.
Este ataque ha encendido las alarmas en el estado de Querétaro, que históricamente se ha mantenido al margen de la violencia extrema que afecta a otras zonas del país. Los detalles de este suceso, como la duración del atentado, el tipo de armas utilizadas y las placas del vehículo, que indican su procedencia de Guanajuato, son indicios preocupantes de que el crimen organizado podría estar incrementando su influencia en la región.
Este violento episodio se produce en un contexto de cambio en la estrategia de seguridad del país. A un mes de la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum, el gobierno federal ha decidido alejarse de la política de “Abrazos, no balazos”, que anteriormente evitaba confrontar directamente a los cárteles, y optar por un enfoque más agresivo con la intervención de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional en áreas de alta criminalidad.
Los altos niveles de violencia han motivado un cambio en la estrategia de seguridad del país, donde las autoridades han mostrado una mayor disposición a utilizar la fuerza para enfrentar el crimen organizado. Esta postura responde a la diversificación y expansión de los cárteles en actividades delictivas, que ahora incluyen el contrabando de migrantes y la incorporación de adolescentes y reclutas extranjeros.
Hasta el momento, un sospechoso ha sido detenido y la investigación continúa para identificar a todos los responsables y esclarecer las causas de este ataque. La escalada de violencia y la creciente presencia del crimen organizado en regiones como Querétaro subrayan la necesidad de estrategias coordinadas de seguridad para enfrentar esta compleja situación.