Será una jornada cultural única en todo el país
Después de seis años de no presentarse el Encuentro Nacional de Teatro del Movimiento Antorchista en esta ciudad, que durante más de una década, año con año se presentaba en las instalaciones del Teatro de la Paz y de manera simultánea en el Centro de Difusión Cultural “Raúl Gamboa”; y por la idea de llevar esta muestra teatral a otros escenarios importantes del país, como la sala de conciertos “Elisa Carrillo” del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario en Texcoco o el Teatro de la Ciudad en Puebla y por la contingencia sanitaria para evitar los contagios del Covid-19, se interrumpió esta masiva expresión cultural; pero ahora regresa, por el registro de la existencia de funcionales foros teatrales y bellos en San Luis, como el legendario Teatro de la Paz, que este 4 de noviembre cumplió 130 años.
Para esta edición, el Encuentro de Teatro se llevará a cabo los días del 22 al 24 de noviembre en el Teatro de la Paz, Centro de Difusión Cultural y Teatro Polivalente del Centro de las Artes; con maratónicas jornadas de teatro, que van a durar –como en otras ediciones- mañana, tarde y hasta la noche; con receso para ir a comer. Una jornada cultural única en todo el país, en la cual los artistas en su mayoría son amateur -estudiantes, amas de casa, obreros y campesinos- pero también participan actores semiprofesionales, (como los maestros y alumnos de la Escuela Estatal de Teatro en SLP que han participado en la justa cultural). Los participantes llegan de la mayoría de las entidades del país, sin motivo de obtener premios materiales o en dinero; solo el reconocimiento de sus compañeros y de los asistentes a las obras de teatro, que abarrotan al máximo los foros teatrales, con una asistencia calculada en los tres días y tres turnos, alrededor de 10 mil personas, que asisten de manera gratuita.
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Un Encuentro de Teatro muy singular porque vienen artistas desde Chiapas o del Norte del País a participar en esta justa cultural, que ya se ha convertido en un referente en el ámbito del arte dramático a nivel nacional, sólo por el gusto de participar y convivir con sus compañeros de escena; todos ellos, no son artistas profesionales, pero por la calidad de las obras que presentan, de autores clásicos o contemporáneos; tales como Eurípides, Moliere, Shakespeare, Calderón de la Barca, Antón Chejov, Darío Fo, Alberto Camus, Henrik Ibsen, Ernesto Arriaga, Arthur Miller, Goethe, Gotthold Ephraim Lessing y Bertolt Bretch, entre otros; la verdad impactan entre el público, ya que presentan escenografías muy vistosas, o coreografías en las cuales participan decenas de personas y con efectos de sonido en vivo, donde meten ¡hasta sinfónicas al foro!.
Otro aspecto fructifico de este encuentro nacional teatral, son los lazos de comunicación, de solidaridad y convivencia de los sectores más pobres de nuestra sociedad entre sus similares, así vemos a los rudos campesinos del altiplano conviviendo con indígenas de los pueblos originarios de nuestra entidad; a amas de casa, obreros; a jóvenes estudiantes con sus similares de otros estados del país, a los actores con el público; tramoyeros con los técnicos de producción, etcétera; en una fusión llena de fraternidad social, que raras veces se puede ver en esta sociedad llena de vaciedad, manipulación ideológica, violencia e individualismo. “Todo es bonito, y quisiera que nunca se acabara, este teatro es precioso, nunca había entrado aquí parece como una catedral; las muchachas actoras parecen unas muñequitas de porcelana, pero son reales; vi tres obras de teatro, dos me hicieron reír como lo que nos pasa en la vida, pero la tercera, la obra de Zacco y Vanzettí me hizo llorar”, me comentó María del Carmen Castillo Ramírez, del ejido Corcovada, Villa Hidalgo.
Toda esta logística de organización y presentación de las obras de teatro, son con el propósito de acercar al pueblo al arte, para educarlo y que tome conciencia de su realidad social y busque, junto con sus semejantes, construir una organización partidaria, bien consolidada y firme, que transforme radicalmente esta sociedad tan adversa e injusta para la mayoría de los mexicanos, como bien recomendó el maestro Aquiles Córdova Morán, dirigente de la organización de masas más amplia y consolidada del país, el Movimiento Antorchista, en la clausura del XIX Encuentro de Teatro en 2017, ante un abarrotado escenario del Coloso de Villerías.
“El hombre siempre se ha preguntado quién es, de dónde viene, a dónde va, por qué existe; y esa capacidad se ha aplicado para resolver esas preguntas y por eso se inventaron las artes que quieren responderlas. La pintura, la música, la literatura hacen eso. El teatro quiere ayudar al hombre a conocerse a sí mismo y conocer al mundo que lo rodea”. El teatro es el espejo de la vida; en el escenario lo que vemos es nuestra vida en situaciones dramáticas, alegres, tristes o la vida cotidiana. En el teatro hay que ver no sólo la imagen exterior del hombre, sino también su interior, lo que hay dentro de él. Antorcha se resiste al teatro ligero porque no va al fondo. Los grandes dramaturgos no se conforman con hacer del teatro un espejo, sino hacer un análisis del hombre, de su sociedad y ver lo profundo de la sociedad; el teatro que debe ver el pueblo es de profundidad y analítico porque sólo así lo va a educar y a transformar”.
Primera llamada.
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