El español vuelve a saborear un triunfo con San Lorenzo siendo una de las figuras del equipo
No le ha llevado mucho tiempo a Muniain para convencer a propios y extraños de que su llegada a Argentina no es fruto de la casualidad. Tampoco un plan trazado en el que el país sudamericano se convirtiera en un “retiro” soñado, sin poder aportar cosas que en su momento fascinaron. En el Ciclón los aficionados disfrutan de su juego, jalean su nombre como si fuera un ídolo de toda la vida del club. En el equipo comprenden lo que supone su figura a pesar de que aterrizó hace dos días (como quien dice), y eso le da cierto aura ante los rivales – no es casualidad que porte el brazalete de capitán -.
A pesar de que el 2024 de San Lorenzo no es bueno, por no decir que está siendo realmente malo, el español sigue dejando muestras de que su esfuerzo y energía están focalizados en levantar al equipo. Da igual si es con goles, o con asistencias residuales como la dada a Cerutti para que hiciera un golazo ante Central Córdoba. Se mueve arriba para buscar la pelota, ocupa la posición de delantero o retrasa metros para ayudar haya una mayor fluidez… Y entre medias en el juego ofensivo recibe patadas más de una vez pero no pone mala cara al levantarse. Incluso las faltas se han convertido en algo en lo que prestar atención cuando las golpea.
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Las victorias en el club de Boedo no están siendo numerosas durante este año, por eso contar con el vasco supone un extra para seguir animando, para creer que habrá algo más próximamente. En el Estadio Único Madre de Ciudades volvió a mostrarse bien, con un papel trascendental para que su equipo consiguiera una victoria que deja un buen sabor de boca entre tanta decepción.
En las redes sociales ya se puede leer a aficionados de River Plate preguntando los por qués del no fichaje de Iker Muniain por el Millonario. Sobre todo ahora que el club de la Ciudad de Buenos Aires pasa un momento de dudas. Y puede que el español acabe resolviéndolas, porque más allá de buenos o malos resultados se verá las caras con ellos cuando noviembre esté a punto de finalizar.
En el Mâs Monumental, el lugar en el que siempre quiso dejar huella con sus botas.