Durante una asamblea en Roma, el pontífice denuncia la falta de asistencia a los desfavorecidos y critica el desperdicio de alimentos en la ciudad, instando a la comunidad a ver el rostro de Cristo en quienes sufren.
El Papa Francisco hizo un llamado urgente a la Iglesia católica para que asuma un compromiso personal y humano con los pobres. En su intervención durante la asamblea de la diócesis de Roma, el pontífice lamentó la tendencia a desestimar a quienes trabajan por los desfavorecidos, recordando que “los pobres no pueden ser un número, un problema o, peor aún, un descarte. Son nuestros hermanos, carne de nuestra carne”
Francisco abordó el estigma que enfrenta la acción cristiana hacia los más necesitados, afirmando que no se debe tachar a quienes ayudan a los pobres de “comunistas”. El Papa enfatizó que la pobreza debe ser vista como una “urgencia eclesial”, instando a detener el uso de etiquetas que deslegitiman la labor de los cristianos, religiosas y clérigos en este ámbito.
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El líder de la Iglesia católica escuchó testimonios de vecinos de las periferias de Roma, quienes expresaron sus quejas sobre la pobreza y la marginación que padecen. Francisco destacó la situación crítica de personas que viven en la calle, jóvenes desempleados, ancianos sin acceso a atención médica y aquellos atrapados en adicciones y sufrimientos mentales.
“Esto no puede ser un dato estadístico, son los rostros y las historias de nuestros hermanos que nos tocan e interpelan”, afirmó el Papa, cuestionando la efectividad de acciones superficiales como fiestas benéficas sin un compromiso real con el sufrimiento ajeno.
El Papa subrayó la necesidad de que la Iglesia adopte un enfoque que coloque en el centro a quienes enfrentan diversas formas de pobreza, ya sea material, emocional o social. Criticó las “contradicciones” en una ciudad donde se desperdicia comida mientras hay personas que pasan hambre.
Francisco recordó un episodio que presenció cerca del Vaticano, donde se desechaban grandes cantidades de comida mientras familias luchaban por alimentarse. “¿Cómo podemos aceptar que en nuestra ciudad se tiren quintales de comida y luego haya familias que no tienen para comer?”, cuestionó, enfatizando que una ciudad que ignora estas contradicciones está “lacerada”, al igual que el resto del planeta.
El evento contó con la presencia de cientos de asistentes, incluyendo al alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, quienes escucharon atentamente el llamado del Papa a actuar con compasión y a reconocer la dignidad de los más necesitados.