Fabricaban bombas molotov en el baño de la escuela; estallaron, hay 35 heridos

La ministra del Interior en Chile, Carolina Tohá, calificó el incidente como una tragedia y reiteró la peligrosidad de este tipo de armas

Un grave accidente sacudió el Internado Nacional Barros Arana (INBA) en Santiago, donde estudiantes fabricaban bombas molotov dentro de uno de los baños del instituto. La explosión dejó a 35 jóvenes heridos, de los cuales cuatro están en riesgo vital con quemaduras severas en las vías respiratorias, mientras que otros 17 se encuentran en estado grave. Los estudiantes, de entre 14 y 18 años, estaban preparando los artefactos antes de una concentración planeada fuera del establecimiento.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, calificó el incidente como una tragedia y reiteró la peligrosidad de este tipo de armas. “Esto es un claro ejemplo de cómo la violencia puede tener consecuencias devastadoras, especialmente cuando involucra a menores de edad”, afirmó. Además, hizo un llamado a las familias y comunidades a redoblar esfuerzos para disuadir a los adolescentes de participar en acciones violentas.

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Enrique Monrás, General de la Jefe Zona Santiago Oeste, confirmó que una de las bombas molotov se activó en la oficina del rector del INBA, aunque afortunadamente no se registraron daños mayores ni lesionados graves. “Lo que sucede es que los cortacalles son relativamente frecuentes de este grupo minoritario que tenemos en el establecimiento. Hay que dejar en claro que son 1.400 alumnos de los cuales, la gran mayoría no está en esto”, añadió el rector del INBA.

Por su parte, la intendenta Karla Rubilar también manifestó su rechazo al ataque, asegurando que “es extremadamente grave (…) lo que vivimos es un ataque directo a la comunidad escolar”. Rubilar subrayó que lanzar una bomba molotov es un acto que podría matar a alguien y destacó la urgencia de medidas para evitar la violencia dentro de los establecimientos educativos.

El Ministerio Público de Chile ha abierto una investigación para determinar la responsabilidad de lo sucedido y si hubo participación de personas externas al instituto. Según los informes preliminares, se hallaron rastros de líquidos acelerantes en el baño y otras áreas del recinto, lo cual refuerza la hipótesis de que el grupo estaba fabricando una cantidad significativa de explosivos.

Este episodio se suma a un historial de incidentes violentos en el INBA, conocido por sus episodios de protestas estudiantiles que han escalado en intensidad en los últimos años. Los estudiantes habrían estado protestando contra la falta de recursos en infraestructura educativa, las condiciones de los servicios básicos del instituto, y la presencia de fuerzas de seguridad en las inmediaciones del colegio. La situación ha llevado a un aumento de la presencia policial y a una mayor tensión en el área educativa, con profesores y directivos haciendo reiterados llamados a establecer un diálogo pacífico y a evitar la normalización de la violencia dentro de los establecimientos escolares.

El ambiente en el entorno del INBA es de profunda preocupación y conmoción. Padres y madres de los afectados acudieron con urgencia al instituto y a los hospitales donde los jóvenes están siendo atendidos. La comunidad escolar ha expresado su repudio ante el uso de explosivos y ha manifestado la necesidad de medidas concretas para proteger a los estudiantes de este tipo de peligros y para recuperar la tranquilidad en el establecimiento. Por su parte, la municipalidad de Santiago informó que ofrecerá apoyo psicológico a los afectados y trabajará en conjunto con el Ministerio de Educación para evaluar medidas que garanticen la seguridad dentro del colegio.

En las inmediaciones del INBA, la tensión aumentó aún más cuando encapuchados atacaron una unidad del Ejército vecina al instituto, provocando un amago de incendio. La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, anunció acciones legales contra los responsables y subrayó la necesidad de terminar con la violencia en los establecimientos educacionales. Las autoridades han decidido suspender las clases temporalmente mientras se trabaja en una mesa de seguridad para garantizar la protección de todos los estudiantes y evitar nuevos incidentes similares.

La tragedia en el INBA plantea una preocupante reflexión sobre la radicalización de los conflictos estudiantiles en Chile y la urgente necesidad de intervenciones preventivas. Las autoridades han prometido un trabajo coordinado para investigar los hechos y para prevenir futuros incidentes similares en el contexto de un sistema educativo que sigue buscando respuestas ante los desafíos de la violencia y la seguridad.