El conflicto entre Israel y el grupo miliciano Hamás continúa intensificándose con ataques de represalia y operaciones militares que buscan desmantelar la infraestructura terrorista en Gaza.
Según el Ejército de Israel, tres milicianos de Hamás involucrados en la reciente masacre del 7 de octubre han sido eliminados. Estos eventos subrayan la gravedad de la situación en la región, donde las hostilidades y la violencia afectan a miles de civiles.
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El primer ataque se ejecutó el 30 de septiembre, donde Muhamad Rafai, un comandante de Hamás, murió tras una operación conjunta de la fuerza aérea y los servicios de inteligencia israelíes. Rafai era considerado un elemento clave en la masacre del 7 de octubre en Kfar Aza y Nahal Oz, y el bombardeo tuvo lugar en un centro de mando incrustado en una escuela en Gaza. Este centro era también refugio para desplazados, lo que complicó la operación.
El ataque contra Rafai no solo resultó en su muerte, sino también en la de al menos siete personas más, causando un número indeterminado de heridos.
La situación en Gaza se agrava con cada ataque, dejando en su estela una gran cantidad de muertos y heridos entre la población civil, que también sufre las consecuencias de los enfrentamientos.
