Los White Sox se fueron anoche a sus casas con la alegría de haber evitado por segunda noche consecutiva convertirse en el equipo con más derrotas en la historia de las Grandes Ligas… Un estigma que parece que los alcanzará antes de que termine la fase regular.
Miguel Vargas anotó en la parte baja de la décima entrada la carrera con la que la alicaída novena de Chicago dejó tendidos a los Angels tras imponerse 4-3 ante 18,423 alegres aficionados en el Guaranteed Rate Field.
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Los White Sox ahora tienen una marca de 38-120, la misma cantidad de descalabros que totalizaron los Mets de 1962 y que es desde ese año el máximo que ha sufrido un equipo de la Major League Baseball (MLB).
El panorama luce cuesta arriba Chicago, que debe ganar los últimos cuatro partidos de la fase regular para no quedarse en solitario con tan deshonrosa marca. Hoy volverán a enfrentarse en casa ante los Angelinos, a los que han vencido en sus más recientes dos partidos, pero luego deberán ir a Detroit para cerrar su calendario con tres partidos ante los Tigers.
Luce inevitable que los White Sox no se conviertan en la novena más perdedora en la historia de las Ligas Mayores cuando para evitarlo deben hilar otros cuatro triunfos. A lo largo de este año jamás han ganado más de cuatro partidos en fila. Chicago fue escribiendo un relato en el que las derrotas fueron su constante y que alejaron a sus aficionados del parque.
En el momento más terrible de su campaña hilaron 21 descalabros entre el 10 de julio y el 5 de agosto; también tuvieron seguidillas de 14 y 12 derrotas entre sus peores momentos, que ahora los tienen de frente ante ese catastrófico momento de sufrir el descalabro 121.