Luego de ganar solo una medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el país de Asia Central regresó a la élite del boxeo olímpico en París 2024, donde se consagró con la mejor actuación de su historia al conquistar cinco campeonatos.
Desde que Muhammadqodir Abdullayev consiguió la primera medalla de oro olímpica para Uzbekistán en Sídney 2000, los éxitos dentro del cuadrilátero se dispararon para los boxeadores de este país. En Río de Janeiro 2016 alcanzaron la cima de este deporte al convertirse en la nación más ganadora de aquellos Juegos, logrando tres campeonatos y un total de siete medallas.
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Sin embargo, en Tokio 2020, el país asiático experimentó un retroceso, ganando solamente una medalla, con Bahodir Jalolov coronándose en la división de peso pesado. Tras este resultado, Uzbekistán puso en marcha un ambicioso proyecto para regresar a lo más alto del boxeo olímpico, contando con la experiencia de figuras clave como el entrenador cubano Enrique Steiner, quien ha dirigido varios equipos olímpicos de boxeo.
Para este proyecto, los uzbekos formaron un equipo multidisciplinario que acompañó a la selección de boxeo durante todo el proceso. Según el mexicano Radamés Hernández, entrenador del medallista de plata Marco Verde, el equipo incluía al menos siete entrenadores, además de un fisiatra, un preparador físico, un entrenador técnico y todos los especialistas necesarios para asegurar una preparación adecuada. Además, los pugilistas uzbekos participaron en torneos de gran importancia en Asia y Europa, fortaleciendo su nivel competitivo. Todo este trabajo se reflejó en los Juegos Olímpicos de París, donde cosecharon cinco medallas de oro, consolidándose nuevamente como el país más ganador en boxeo en una justa olímpica, por segunda vez en su historia.
