¿Cómo que sequía en el planeta azul?

Nuestro planeta está casi totalmente cubierto por agua (cerca del 70%), que es más que suficiente para que todos los seres vivos que habitamos la tierra, la bebiéramos durante años y años… si no fuera salada. Desde la antigüedad, las personas han intentado extraer agua dulce del océano como una solución desesperada a la escasez de agua potable, y sí es posible, sin embargo, hacer esto a gran escala conlleva problemas de gran escala.

En la era de la crisis climática y la escasez de recursos, la desalinización del agua marina se considera como LA solución para abordar la demanda de agua potable que cada día es mayor. Y es verdad que los avances científicos han permitido descubrir innovadores métodos y técnicas de desalinización como la destilación térmica, ósmosis inversa, electrodiálisis, congelación y evaporación flash. Sin embargo, la implementación de esta idea se ha encontrado con obstáculos técnicos, ambientales y económicos que hay que considerar.

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Uno de los principales obstáculos es el alto costo energético de los procesos de purificación. Aunque se ha logrado un gran progreso en tecnologías de desalinización, el consumo energético sigue siendo exagerado y casi imposible para muchas regiones, especialmente aquellas con recursos limitados.

Además del consumo de energía, la desalinización también implica preocupaciones ambientales, eliminaría la escasez de agua, pero generaría otros problemas. Por cada litro de agua dulce que producen las plantas de desalinización, hay un litro de agua residual que ahora es el doble de salada. La desalinización del agua marina genera un residuo conocido como salmuera (con alto contenido de sal y otros contaminantes) y la descarga directa de salmuera al ambiente, altera la salinidad del agua y la vida marina, llegando a ser devastadora en los ecosistemas marinos, Por lo tanto, se requiere una correcta gestión de residuos, en lugar de verla como un subproducto no deseado, se pueden explorar opciones para su reutilización o tratamiento. Por ejemplo, la dilución controlada en cuerpos de agua más grandes, o la extracción de minerales valiosos como calcio y magnesio, que puede convertirla en un recurso útil en lugar de un desperdicio.

Podría considerarse usar este residuo para combatir el obstáculo de los costos por alto consumo de energía, al usar la salmuera como proveedor de energía hídrica en plantas desalinizadoras, ¿por qué no hemos hecho esto? es técnicamente posible, pero presenta grandes desafíos que limitan su viabilidad y eficacia.

Primero, utilizar la salmuera residual para generar energía hidroeléctrica requeriría una infraestructura adicional y costosa, también sistemas de tratamiento para reducir la concentración de sales y otros contaminantes a niveles seguros. Pero la alta concentración de sales y otros contaminantes de la salmuera, la convierte en una sustancia que puede ser corrosiva y dañina para los equipos utilizados en las plantas desalinizadoras y en los sistemas de generación de energía. Y segundo, puede no ser energéticamente eficiente, de por sí el proceso de desalinización ya consume mucha energía, e intentar con la generación de energía a partir de la salmuera residual puede no ser suficiente para compensar el costo energético total del proceso.

Otro aspecto para considerar es la calidad del agua desalinizada. Aunque la desalinización elimina la mayoría de los contaminantes presentes en el agua marina, aún pueden quedar trazas de sustancias indeseables, como productos químicos industriales y microplásticos. Por lo que se deberían implementar más procesos de purificación y así garantizar que el agua cumpla con los estándares de potabilidad.

Entonces, ¿la desalinización del agua del océano es la solución a la escasez de agua? No realmente. Es más bien como una solución rápida en caso de emergencia y tal vez podría ayudar un poco. Pero antes de llegar al punto de que dependamos totalmente de eso, deberíamos empezar por usar el agua de manera más inteligente, pensar en tecnologías que no dañen el medio ambiente y también enseñar a la gente por qué es importante cuidar el agua. Así aseguraremos que haya suficiente agua para todos, ahora y en el futuro.