Io, la Luna de Júpiter con mayor actividad volcánica de todo el Sistema Solar

Ha estado activa desde hace unos 4 mil 500 millones de años

Io, una de las lunas de Júpiter, es el lugar con mayor actividad volcánica del Sistema Solar. Ahora, nuevas observaciones y mediciones de isótopos presentes en su atmósfera revelan que ha sido volcánicamente activa durante toda su vida, desde hace unos 4 mil 500 millones de años.

Esta es la principal conclusión de dos estudios liderados por investigadores del Instituto Tecnológico de California (Caltech), en Estados Unidos, para los que utilizaron el telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array) en Chile, para observar los gases de la tenue atmósfera de Io.

Io, Europa y Ganímedes -otras lunas de Júpiter- se encuentran en una configuración orbital conocida como resonancia de Laplace: por cada órbita de Ganímedes (la más alejada de las tres de Júpiter), Europa completa exactamente dos órbitas e Io completa cuatro. En esta configuración, las lunas se atraen gravitatoriamente de tal forma que se ven forzadas a formar órbitas elípticas, en lugar de redondas.

Estas órbitas permiten que la gravedad de Júpiter caliente el interior de las lunas, provocando el vulcanismo de Io y añadiendo calor al océano líquido subsuperficial de la helada Europa.

Para establecer desde cuándo esto es así, los dos nuevos estudios publicados en las revistas Science y JGR-Planets midieron, entre otros, los isótopos de azufre en la atmósfera de Io, determinando que las lunas han estado encerradas en esta danza resonante durante miles de millones de años.

Io, en perpetua transformación En la Tierra, se encuentran huellas de acontecimientos pasados a través de fósiles y cráteres, pero Io -por su gran actividad volcánica- está en perpetua transformación, por lo que su superficie sólo tiene alrededor de un millón de años, mientras que la propia luna tiene unos 4 mil 500 millones de años.

De ahí la necesidad de analizar, para averiguar su pasado, las sustancias químicas de su atmósfera. Io carece de agua, por lo que el principal componente de los gases que expulsan sus volcanes es el azufre, lo que da lugar a una atmósfera con el 90 % de dióxido de azufre.

Durante los dinámicos ciclos volcánicos de esta luna, los gases cercanos a la superficie vuelven al interior y son regurgitados de nuevo a la atmósfera.