Las sombras del último Caravaggio regresan a la National Gallery

Tras dos décadas, el espacio londinense expone “El martirio de Santa Úrsula”, último cuadro conocido de Caravaggio, que además contiene un autorretrato

Veinte años después, ‘El martirio de Santa Úrsula’, el último cuadro conocido de Caravaggio, vuelve a la National Gallery de Londres.

Con luz tenue y paredes oscuras, la habitación número 46 de la galería de arte británica acoge esta exhibición que se compone exclusivamente de dos pinturas, una carta y dos libros.

‘El martirio de santa Úrsula’ (1610) encabeza la muestra, por primera vez junto a la carta que permitió descubrir la autoría de Caravaggio en 1980, año hasta el que se consideró obra de uno de sus seguidores.

Para Francesca Whitlum-Cooper, curadora de la exposición ‘El último Caravaggio’, este momento supone una oportunidad única para “disfrutar de los detalles, del drama y de la intensidad psicológica” del trabajo del pintor italiano, así como de sus últimas semanas de vida. “Tenemos la oportunidad de contar esta historia una vez más a una nueva audiencia”, dijo.

La escasa iluminación de la sala resalta los detalles de los oscuros y contrastados cuadros de Caravaggio, lo que permite observar sus claroscuros con detenimiento y precisión.

Por ejemplo, en ‘El martirio de santa Úrsula’, la clave está en las manos —las de quien dispara la flecha, las de Santa Úrsula, la de un soldado y la de un espectador de la escena—, a través de las que se puede entender al completo la historia de la pintura, como subrayó Whitlum-Cooper.

“Hay un detalle en la esquina de la pintura, que no sé si todo el mundo percibe, y es que hay un soldado con una armadura sujetando con delicadeza el codo de Úrsula, como si estuviera listo para sostenerla si se cae”, apuntó.

También destaca la mano que aparece en el centro del encuadre de ‘Salomé con la cabeza de Juan Bautista’ (1609-1610), sujetando la cabeza decapitada del santo cristiano.