Mamá en Tamaulipas se convierte en experta para localizar restos tras secuestro de su hijo

Cada vez que Lucina encuentra una fosa, un campo o una casa de exterminio, se pregunta si ahí está su hijo.

Los huesos, muchas veces calcinados, la ropa y las pertenencias que ha encontrado como buscadora son un aliento de esperanza de que, algún día y quizá con algo de suerte, pueda encontrar con vida a Jose Luis, dos años después de no verlo luego de que dejara su hogar en Reynosa, Tamaulipas, con rumbo a Estados Unidos.

A sus 59 años, Lucina Aranda se convirtió ya en una experta buscadora. Sabe dónde buscar, cómo hacerlo e incluso cómo cribar o limpiar los restos que encuentra junto al colectivo Amor por los Desaparecidos en Tamaulipas.

“El 28 de enero a las 17:30 horas él estuvo aquí, iba rumbo a (Nuevo) Laredo para que por allá lo pasaran a Estados Unidos.

Al otro día ya no contestó llamadas, ya no le entraron mensajes a su celular, a partir de ahí ya no supimos nada de él”,

La pandemia había orillado a José Luis Rodríguez Aranda a pedir varios préstamos, cuyos intereses poco a poco lo fueron ahogando.

Por eso, a finales de 2021, decidió migrar a Estados Unidos. Optó por la vía rápida, pero la más peligrosa.

El pollero, que llevaba en total a cerca de ocho personas, partió con rumbo a Nuevo Laredo el 28 de enero, pero según contó el único sobreviviente de los hechos a Lucina, un comando interceptó a todos en una gasolinera abandonada a la entrada de la ciudad.