Descubren relatos y poemas escritos por Louisa May Alcott, bajo un seudónimo

Son unos 20 textos de la autora de “Mujercitas”, publicados entre 1850 y principios de 1860

Max Chapnick, profesor asociado postdoctoral de la Universidad Northeastern, cree haber encontrado unos 20 relatos y poemas escritos por Louisa May Alcott con su propio nombre y con seudónimos para periódicos locales de Massachusetts, a finales de la década de 1850 y principios de la de 1860.

Se cree que uno de los seudónimos era E. H. Gould, e incluía un relato sobre su casa de Concord, Massachusetts, y una historia de fantasmas en la línea del clásico de Charles Dickens Cuento de Navidad.

También encontró cuatro poemas escritos por Flora Fairfield, un conocido seudónimo de Alcott. Uno de los relatos escritos con su propio nombre trata de una joven pintora.

“Se dice que ella es realmente como… Está publicando mucho”, dice Chapnick en una visita a la American Antiquarian Society de Worcester, una biblioteca nacional de investigación de la historia y la cultura estadounidenses anteriores al siglo XX, que tiene en su colección algunos de los cuentos que descubrió Chapnick así como una primera edición de Mujercitas.

Alcott es conocida sobre todo por Mujercitas, publicada en dos entregas en 1868 y 1869. Su novela clásica sobre las cuatro hermanas March –Meg, Jo, Beth y Amy– ha sido adaptada al cine en varias ocasiones, la última de ellas por Greta Gerwig en 2019.

Chapnick descubrió otras historias de Alcott como parte de su investigación sobre el espiritismo y el mesmerismo. Mientras hojeaba periódicos digitalizados de la American Antiquarian Society, encontró una historia titulada “El fantasma”. Tras ver el nombre de Gould al final de la historia, al principio descartó que fuera de Alcott.

Pero entonces volvió a leer la historia.

Chapnick encontró el nombre de Alcott en el relato –una posible pista– y vio que fue escrito en la época en que ella habría estado publicando relatos similares. La historia también aparecía en Olive Branch, un periódico que ya había publicado su obra.

Chapnick buscó entre los periódicos de la Sociedad y de la Biblioteca Pública de Boston y encontró más escritos por Gould, aunque admite que no se han encontrado pruebas definitivas de que fueran obra de Alcott. “Hay muchas pruebas circunstanciales que indican que probablemente se trata de ella”, afirma Chapnick, que el año pasado publicó un artículo sobre sus descubrimientos en J19, el Journal of Nineteenth-Century Americanists. “Aún no creo que haya pruebas definitivas. Me interesa reunir más”.

Cuando Chapnick se puso en contacto por primera vez con él acerca de los escritos, Gregory Eiselein, presidente de la Louisa May Alcott Society, se mostró curioso pero escéptico.