Jim Carrey y un duro presente para el rey de la comedia

Con sus extravagantes personajes y expresiones faciales delirantes, se convirtió en uno de los actores mejor pagados de Hollywood

¿Qué pensará Jim Carrey al despertar cada mañana en su mansión en Brentwood, California? Al caminar esa casa con cinco habitaciones, nueve baños, piscina, spa y cancha de tenis ¿cómo evaluará su vida? Al recorrer los pasillos de esa propiedad, que compró por cuatro millones de dólares y que hoy vale diez, ¿será feliz? Si mira su vida a través de esa lupa a la que algunos llaman éxito, no puede menos que sonreír. Durante años fue el rey de la comedia en Hollywood, cobraba veinte millones de dólares por película y su nombre era conocido en todo el planeta. Pero si mira su vida a través de esa lupa que algunos llaman felicidad, quizá la sonrisa mute a mueca.

La risa no solo ayudó a su mamá, también a su papá. Percy trabajaba como empleado administrativo. Pero de un día para otro, el hombre se quedó sin trabajo y la familia se tuvo que mudar a una casa rodante, el escalón anterior a sobrevivir en la calle. Las discusiones entre sus padres comenzaron a ser frecuentes y, para detenerlas, Jim solía empezar a bailar hasta hacerlos reír.