Andrés Manuel López Obrador, líder indiscutible de su partido MORENA, al parecer ha empezado a tomar nota de los desastrosos saldos que ha dejado al interior la imposición de Claudia Sheinbaum después del proceso de selección/elección de la “Coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación” cuyos resultados se dieron a conocer oficialmente hace 40 días y que han generado reacciones diversas y diferenciadas de inconformidad de los otros tres militantes de Morena participantes. La unidad anhelada se ha perdido y presenta una encrucijada histórica para “el movimiento” de la que depende su futuro.
Frente a la incapacidad de los dirigentes de MORENA para operar y consolidar la unidad interna el presidente de México, en contra de su voluntad, está siendo obligado a intervenir para tratar de sacar a su partido de la verdadera situación difícil y comprometida en la que se encuentra. Y es que la impericia, la falta de oficio político, la arrogancia, la soberbia y/o la ambición desmedida de poder de “los ganadores” de la encuesta los ha llevado a maltratar incluso a los que validaron los resultados oficiales (Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila) y a desdeñar la inconformidad legalmente presentada por Marcelo Ebrard Casaubon.
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La encrucijada en la que se encuentra MORENA y la decisión de qué hacer y cómo intentar cerrar el expediente de la encuesta de marras es determinante para el “futuro del movimiento” y así lo sabe AMLO. Por más que se quiera minimizar a los actores, se trata de tres avezados políticos que ya Gobernaron Tabasco -Adán Augusto-, Zacatecas -Ricardo Monreal- y la Ciudad de México -Marcelo Ebrard-; se trata de dos exsecretarios de Estado y del excoordinador de la mayoría en la Cámara de Senadores; pero lo más importante, se trata de tres actores políticos ligados al presidente de México por muchos años y a los cuales él conoce y ellos lo conocen a él en su esencia. A todas luces hay un resquebrajamiento interno en la cúpula de MORENA.
Después de mes y medio del anuncio oficial que dio como ganadora de la encuesta a Claudia Sheinbaum los saldos son pésimos. Veamos: Adán Augusto cumplió su compromiso y le levantó la mano a Claudia. Después lo anunciaron como coordinador de la campaña, luego dijeron que sería el presidente de MORENA, luego como coordinador nacional de no sé qué, luego se desapareció por 20 días (dicen que se fue de vacaciones) y reaparece en la escena política la semana pasada visitando al presidente en Palacio Nacional y de ese encuentro se filtra que “Adán se va a su notaria en Villahermosa” a atender sus asuntos personales (¿?). Algo muy grave debió pasar para que un personaje que ya había cumplido con todo el script que le ordenaron se vaya a su casa sin nada. Eso tendrá un costo para “el movimiento”.
Ricardo Monreal cumplió su compromiso y le levantó la mano a Claudia como había acordado. Hizo su papel como se lo pidieron e incluso se reunió con ella antes de salir a la campaña proselitista y se difundió la foto en la que, supuestamente, habían quedado atrás los agravios achacados de la elección de 2021 en la Ciudad de México en la que tildaron de traidor a Monreal y de jugar las contras a Claudia y a Andrés Manuel. Pero, de repente, Monreal “se baja” inexplicablemente de la contienda interna para la candidatura de Morena al gobierno de la Ciudad de México siendo que ha sido su aspiración manifiesta de muchos años y era el supuesto acuerdo al que él había llegado con Andrés Manuel y con Claudia, y también desaparece del mapa y de la escena política. A Monreal se le anunció como coordinador de organización, pero no coordina nada y se especula que terminó negociando la candidatura de su hija Katy para la alcaldía de Cuauhtémoc en la ciudad de México. Ricardo y Adán, ambos exgobernadores y fundadores de MORENA, se “disciplinaron” y aceptaron sin chistar todas las anomalías que se registraron en el proceso de imposición de Claudia Sheinbaum; y aunque en el pecado llevan la penitencia porque a los dos los humillaron -Adán por debajo de Noroña en cuarto lugar y Monreal en último lugar por debajo de Velazco- lo cierto es que el maltrato recibido tendrá, sin duda, un costo para “el movimiento”.
Marcelo Ebrard, exgobernador de la capital del país, fundador de MORENA y figura política reconocida y prestigiada a nivel mundial, decidió no callar y no dejarse humillar ante las anomalías, los excesos, la intromisión ilegal de autoridades y el desvío de recursos humanos y económicos de los gobiernos municipales, estatales y federal que se dieron durante todo el proceso previo al levantamiento de la encuesta, ni mucho menos frente a los atropellos e irregularidades que se dieron durante el levantamiento mismo y el día del conteo para obtener los resultados.
Marcelo no le levantó la mano a Claudia y, paradójicamente, es Marcelo Ebrard quien le está dando la oportunidad a MORENA y a Andrés Manuel López Obrador, en su calidad de Líder Moral de ese partido, de salir bien librados de esta encrucijada histórica en la que se encuentra MORENA. Marcelo lo planteó de manera muy sencilla ¿CINISMOS O CONGRUENCIA? La decisión que tomen los órganos internos de MORENA en estos días determinara si se agravan los costos para “el movimiento” o se aceptan los errores, se reconstruye la unidad perdida y se retoma el camino para darle viabilidad de largo plazo a la llamada Cuarta Transformación.