Las terapias basadas en una hormona que las personas producen al hacer ejercicio, podrían ser la próxima frontera en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, según un nuevo estudio.Los investigadores han descubierto que la hormona inducida por el ejercicio, llamada irisina, puede reducir las estructuras denominadas placas y ovillos de tau, que son característicos de la enfermedad.
Antes de esto, este mismo equipo desarrolló los primeros modelos de cultivo celular humano 3D de la enfermedad de Alzheimer, que pudo usar en esta nueva investigación sobre el impacto de la irisina en el beta amiloide en el cerebro.Ya se había demostrado que el ejercicio físico reduce los depósitos de beta amiloide en modelos de ratón de Alzheimer, pero no estaba claro cómo.
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El aumento de los niveles circulantes de la hormona derivada del músculo irisina a través del ejercicio regula la glucosa y el metabolismo de lípidos en el tejido graso.
También aumenta el gasto energético al acelerar el dorado del tejido graso blanco.Investigaciones anteriores han mostrado que la irisina está presente en los cerebros humanos y de ratón. Sus niveles son más bajos en pacientes con Alzheimer.
“Primero, encontramos que el tratamiento con irisina llevó a una notable reducción de la patología del beta amiloide”, dijo el autor del estudio Se Hoon Choi, de la Unidad de Investigación de Genética y Envejecimiento en el Hospital General de Massachusetts en Boston.
“En segundo lugar, mostramos que este efecto de la irisina se debía a una mayor actividad de la neprilisina debido a los niveles aumentados de neprilisina secretada por células en el cerebro llamadas astrocitos”, dijo en un comunicado de prensa del hospital.
La neprilisina es una enzima que degrada el beta amiloide.
Se han encontrado niveles elevados en los cerebros de ratones con Alzheimer que estuvieron expuestos al ejercicio u otras condiciones que llevaron a una reducción del beta amiloide.
Los investigadores pudieron llevar esto más lejos al identificar el proceso que activa las células para aumentar los niveles de neprilisina.
En ratones, la irisina inyectada en el torrente sanguíneo puede llegar al cerebro, lo que la hace potencialmente útil como terapéutica.
“Nuestros hallazgos indican que la irisina es un importante mediador del aumento inducido por el ejercicio en los niveles de neprilisina que lleva a una reducida carga de beta amiloide, sugiriendo una nueva vía objetivo para terapias destinadas a la prevención y tratamiento de la enfermedad de Alzheimer”, dijo Rudolph Tanzi, autor principal del estudio y director de la Unidad de Investigación de Genética y Envejecimiento.Los hallazgos del estudio fueron reportados el 8 de septiembre en la revista Neuron.
Más informaciónEl Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE.UU. tiene más información sobre la enfermedad de Alzheimer.FUENTE: Hospital General de Massachusetts, comunicado de prensa, 8 de septiembre de 2023.