En el marco del Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello, que se conmemora este 27 de julio, los especialistas hacen hincapié en que más del 80% de los casos son tratables si la detección ocurre en una etapa temprana.
Si bien mayoría de los diagnósticos están asociados al consumo de alcohol y tabaco, la infección por el virus del papiloma humano (HPV) se ha posicionado como uno de los factores de riesgo más importantes en los últimos años.
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Otros posibles signos son los antecedentes de radiación, la infección por el virus Epstein-Barr y la exposición laboral (asbesto, polvo de madera, formaldehído, entre otros).
“Los tumores englobados en el concepto de cáncer de cabeza y cuello son aquellos que se originan principalmente en la cavidad oral, la nariz y la garganta.
El gran problema de estas patologías es que no generan síntomas específicos, y se diagnostican, en muchos casos, en etapas avanzadas”, explicó el doctor Diego Sinagra, jefe de la División Cirugía Oncológica del Hospital de Clínicas.
El cáncer bucal, uno de los más prevalentes
El cáncer bucal es el resultado de la proliferación anormal y descontrolada de células de la mucosa que tapiza la cavidad oral que se pueden generar en labios, lengua, encía, paladar mayormente pero también en cualquier otro sector de la boca.
Según precisó el doctor David Pereira, médico oncólogo y radioterapeuta del Instituto de Oncología Angel H. Roffo, los síntomas más visibles son manchas blancas, rojas o marrones que suelen desaparecer en semanas, llagas o úlceras y problemas con la cicatrización de la boca en general. Otros síntomas en etapas más avanzadas son dificultad para masticar o tragar, dolor de lengua o mandíbula que se irradia al oído”.
Los tumores malignos de cabeza y cuello se presentan con mayor frecuencia en hombres. “Si bien se suelen diagnosticar principalmente en personas con más de 50 años de edad recomendamos a la población en general consultar al especialista ante cualquiera de los síntomas antes mencionados ya que con un diagnóstico oportuno más del 80% de los casos son tratables y garantizan sobrevida a los pacientes”, sostuvo Sinagra.
Y agregó: “La cirugía es una herramienta de tratamiento en este tipo de tumores, pero no es la única. El abordaje de esta enfermedad debe ser multidisciplinario. En este contexto la radioterapia, la quimioterapia y la inmunoterapia también contribuyen al arsenal terapéutico de estas patologías. El uso de cada uno de ellas dependerá del momento en que se ha realizado el diagnóstico y las condiciones del paciente”.
Uno de los grandes peligros que trae aparejado este tipo de tumores es que en muchos casos el paciente será asintomático. Incluso, el diagnóstico puede realizarse por la aparición de ganglios en el cuello alejados del origen primario. La detección precoz es el pilar fundamental para el tratamiento oportuno.
Por este motivo es sumamente importante el control médico principalmente en aquellos pacientes con factores de riesgo. La prevención es la herramienta que permite el diagnóstico temprano mejorando la posibilidad de cura de la enfermedad”, cierra el especialista.