SEDEMA coloca biodigestores y humedales artificiales en la barranca eslava, Tlalpan

Los biodigestores evitan que la gente respire vapores contaminantes, además de evitar la presencia de fauna nociva.

A través de biodigestores y con la creación de humedales artificiales, la Secretaría del Medio Ambiente continúa las acciones de recuperación de cauces y riberas de  las barracas de la Ciudad de México. 

Es el caso de la Barranca Eslava, en la alcaldía de Tlalpan, en el afluente Chichicaspa, donde se instalaron cinco humedales artificiales, a lo largo de menos de un kilómetro de longitud, divididos en cinco bloques. 

Además de biodigestores de hasta 600 litros, para tratar las aguas negras, a fin de que sea reusada por cientos de familias de la zona.

“La capacidad de cada biodigestor varía, algunos para 600 litros cuando se trata de poquitas casas, se ponen biodigestores en tándem, unos continuos con otros para aumentar la capacidad de tratamiento. El más grande que tenemos es para tratar el agua de aproximadamente 40 familias, de tres mil litros”, explicó Ameyalli Pérez, subdirectora de Áreas de Valor Ambiental de la Ciudad de México.

Estos trabajos de rehabilitación iniciaron el año pasado con el retiro de 126 toneladas de residuos sólidos urbanos, aunado a la  instalación de biodigestores y humedales artificiales, para facilitar la ralentización de la velocidad con que bajan las descargas de agua residual, así como la separación de las heces fecales del agua.

El afluente Chichicaspa es brazo del río Eslava y principal aporte tributario del Río Magdalena, la primer franja urbana donde empieza la contaminación del río Eslava y por lo tanto donde inicia la contaminación del río Magdalena.

Los biodigestores evitan que la gente respire vapores contaminantes, además de evitar la presencia de fauna nociva.