Lilli, la muñeca alemana que inspiró a Ruth Handler, creadora de Barbie

Piernas interminables, cintura de avispa y de apariencia despreocupada: podría ser Barbie, pero es Lilli, la muñeca alemana inspirada en una viñeta publicada por primera vez en 1952 en el tabloide alemán Bild y que años más tarde, a finales de esa misma década, supondría el nacimiento en Estados Unidos de la rubia de plástico que acaba de estrenar su película.

Lilli, la protagonista de las viñetas del caricaturista Reinhard Beuthien, es casi fruto de la improvisación al ser creada para cubrir un hueco en la página dos del primer número del Bild que debería salir el 24 de junio de 1952 y del que los responsables se percatan el día antes.

Beuthien dibuja rápidamente una joven mujer a la que llama Lilli, descarada, sexy e independiente, con el cabello recogido en una cola de caballo: una imagen fresca de una mujer con curvas que corresponde al ideal de belleza de los años cincuenta, en plena época del milagro económico alemán.
Las viñetas de Lilli, que se publican a diario, se han vuelto tan populares sólo un año después de aparecer por primera vez, que los editores de Bild deciden desarrollar una muñeca a partir del personaje como soporte publicitario.

Entre 1955 y 1964 el fabricante de juguetes alemán O. & M. Hausser produce alrededor de 130 mil muñecas rubias, pero también morenas y pelirrojas, maquilladas, con labios rojos, inspiradas en la Lilli en blanco y negro del papel, y destinadas a un público adulto y femenino.

La muñeca Lilli, disponible en dos tamaños -19 y 30 centímetros-, cuenta además con más de 150 atuendos que van desde bikinis a abrigos de piel.

Lilli se vuelve un éxito de ventas, no sólo en Alemania, sino también en el extranjero.
Así es como la ya fallecida Ruth Handler, cofundadora del gigante juguetero estadunidense Mattel, descubre la muñeca durante unas vacaciones con su hija Barbara en Suiza en 1956.

Según contó la propia Handler en sus memorias, quedaron «absolutamente fascinadas» de Lilli, sobre todo porque la muñeca materializaba una idea que la empresaria dijo haber presentado sin éxito a sus diseñadores de juguetes cinco años antes.

Ruth se hace enviar varios ejemplares a Los Ángeles y, en esta ocasión, los diseñadores sí que creen que una muñeca de esas características puede conquistar el mercado estadunidense.