Son 22 años desde que los Tigres Capitalinos abandonaron la Ciudad de México, pero la pasión de sus aficionados al beisbol se quedó, y esta afloja cada que vienen a la capital a medirse a los Diablos Rojos para mantener viva la llamada Guerra Civil.
Desde 1955 hasta 2001, felinos y pingos compartieron casa, primero en el Parque del Seguro Social y luego el Foro Sol, donde crearon una de las rivalidades más apasionadas de la pelota caliente y que, en palabras de Víctor Bojórquez, manager del México, sigue viva gracias al público que colma el estadio Alfredo Harp Helú.
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“Definitivamente, la afición es la que mantiene esa Guerra Civil. Aquí en la Ciudad de México sigue habiendo mucha afición de los Tigres. Cuando vienen aquí son casi llenos en el estadio y hay mucha gente dividida entre Diablos y Tigres. Sigue siendo Guerra Civil, aun cuando los Tigres ya tienen muchos años que no están en la Ciudad de México”, consideró el ‘Flamingo’.
Los nombres de los peloteros que le dieron vida a la guerra de guerras quedan en la historia. En los actuales Diablos Rojos, Bojórquez y José Luis ‘El Borrego’ Sandoval, ambos ya parte del staff de coacheo, son de los sobrevivientes de aquellas apasionantes series de los 90.
El ‘Flamingo’ menciona que ellos hacen su parte al transmitirle a los nuevos jugadores lo que representa medirse a los Tigres, pero tan solo ver al ambiente del estadio ‘AHH’ con los colores rojo y blanco y azul y naranja entrelazados con la batalla de porras impulsando a felinos y escarlatas, es suficiente para que los jugadores se den cuenta de que esta serie es como ninguna otra.