La obra ‘Water Lilies’ es uno de los 48 cuadros de estas exóticas plantas acuáticas que el maestro de la luz realizó para una exposición en la galería Durand-Ruel, de París, en 1909.
El cuadro Water Lilies, del maestro francés Claude Monet (1840-1926), es una de las dos obras de ese artista que por primera vez podrán verse en México en la exposición Luces del impresionismo, que se inaugura el 26 de abril en el Museo Nacional de Arte (Munal).
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En total serán tres piezas del pintor que se exhibirán en diálogo con paisajes de la colección del recinto mexicano.
Water Lilies, realizado en 1908, forma parte de la serie Los nenúfares, que realizó el artista al final de su vida. Las pinturas que vienen al país pertenecen al Museo de Arte de Dallas (DMA, por sus siglas en inglés).
Es uno de los 48 cuadros de estas coloridas y exóticas plantas acuáticas que el maestro de la luz elaboró para la exposición de 1909 en la galería Durand-Ruel de París.
Este lienzo tiene la peculiaridad de que su formato es tondo o circular, como describe el recinto texano, que recuerda a los modelos renacentistas, particularmente raro en la obra de Monet.
“Estos paisajes de agua y reflejos se han convertido en una obsesión.
Están más allá de los poderes de un anciano; sin embargo, quiero tener éxito en representar lo que percibo”, reconoció el pintor francés, quien en las últimas tres décadas de su vida se ensimismó en la belleza de los lotos, cuidando de su jardín en Giverny, pequeño pueblo francés en el oeste de París, su hogar desde 1883.
Al principio se enfocó en cultivar flores, pero en la última década del siglo XIX comenzó a crear jardines acuáticos de estilo japonés.
“Sigo a la naturaleza sin poder asirla; tal vez debo a las flores haberme hecho pintor”, reiteraba uno de los fundadores del impresionismo francés.
Junto con artistas como Degas, Renoir, Pissarro, Manet y Cézanne, Monet fue fundador del movimiento artístico que traspasó los límites que establecían las academias para proponer nuevas formas de reproducir el color y la luz.
Fue su cuadro Impresión: Sol naciente el que dio origen al nombre con el que se conoció al movimiento que se extendió a otras partes, por ejemplo, a la música, como en el caso de Claude Debussy, otro amante de la naturaleza.
Un factor decisivo fue la posibilidad de salir de los talleres para pintar al aire libre. Monet recorrió las costas del Mediterráneo y de Normandía, y quedó cautivado como por las escenas del río Támesis en Londres o la arquitectura en Venecia.
Pero fue en su jardín donde encontró el principal motivo, abatido entre la ceguera y la melancolía. En tres décadas creó más de 250 pinturas de Giverny.
Algunas se centran en el puente que atraviesa el estanque; muchas destacan por los reflejos en la superficie del agua.
Jugaba con la luz según los cambios durante las distintas horas del día. Dividía su vida entre el cuidado de las plantas y la dedicación a los lienzos.