Dentro de las prácticas sexuales extremas y de alto riesgo para la salud se encuentra el fisting. Te contamos más a continuación
En el mundo del sexo existen muchas prácticas cuyo objetivo es estimular las zonas erógenas y brindar el máximo placer posible. Ahora bien, no todas son seguras. Una de las más riesgosas es el fisting. ¿Has oído hablar de ella?
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De seguro has disfrutado de la penetración con un dedo, ya sea en la vagina o en el ano. Sin embargo, ¿qué tal si se involucra más de uno? ¿O la mano entera?
¿En qué consiste esta práctica?
Es una práctica peligrosa y, por tanto, debe practicarse con ciertos cuidados. Para empezar, las manos deben estar desinfectadas (si bien o ideal sería usar guantes de látex, para mayor seguridad) y los puntos en donde estas van a introducirse deben estar limpios.
Además, es necesario destacar que será indispensable haber realizado una estimulación previa y progresiva para conseguir la dilatación de los puntos y así, poder practicar el fisting sin causar dolor. Por supuesto, el uso de un lubricante apropiado, a base de agua, es más que recomendable.
Para realizar el fisting o fist-fucking se debe tener en cuenta que es un acto que implica planificación, escoger un entorno tranquilo, con una persona de confianza y a ser posible con experiencia. Veamos los dos tipos de fisting que existen.
1. Fisting vaginal
El objetivo es conseguir un orgasmo intenso. Con la mano en la vagina, las contracciones se vuelven más fuertes, logrando así la estimulación secuencial del útero y el interior de la vagina.
¿Cómo hacerlo?
- Primero, acaricia los genitales de tu pareja para conseguir que se relaje tanto como sea posible.
- Además, utiliza un guante de látex y un lubricante a base de agua en los dedos.
- Inserta un dedo y haz movimientos circulares.
- Luego, inserta un segundo dedo.
- Al sentir la vagina dilatada, introduce un tercer dedo manteniendo movimientos en círculo y la estimulación del clítoris.
- Una vez que se han introducido cuatro dedos, detén los movimientos circulares y estimula el clítoris.
- Pon el pulgar hacia adentro, para lo cual debes realinear los cuatro dedos que ya tienes dentro de la cavidad vaginal en forma horizontal.
- Finalmente, coloca un poco de lubricante en la muñeca y empuja la mano despacio, haciendo un puño y moviendo suavemente con un desplazamiento de entrada y salida.