Tres señales que indican que eres una persona ninfómana. Parte 1

¿Conoces la diferencia entre la adicción al sexo y una libido sana? A continuación aprenderás varias claves que te permitirán identificar a cuál de los dos grupos perteneces

Antes se solía pensar que cuando alguien tenía tendencia a la promiscuidad, era una persona ninfómana. Sin embargo, lo que implica este término ha evolucionado hacia algo que hoy entendemos como ‘hipersexualidad’.

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La hipersexualidad se refiere a la participación anormalmente mayor o extrema en cualquier actividad sexual. Sin embargo, hoy en día, existe una tendencia a clasificar todos los comportamientos que se desvían ligeramente de la norma como trastornos mentales.

Esto también se observa en el campo del sexo, donde cualquiera con un deseo sexual más alto de lo que se considera normal es llamado un adicto al sexo.

En este artículo te explicaremos las tres señales para identificar una persona ninfómana, o mejor dicho, que sufre adicción al sexo o hipersexualidad.

¿Qué es la hipersexualidad?

La hipersexualidad es una conducta humana que se describe como apetito sexual excesivo. En el pasado se utilizaba el término ‘ninfomanía‘ en relación a mujeres, mientras en el caso de los hombres se denominaba ‘satiriasis’.

Sin embargo, al hablar de conducta sexual y de la manera en que la ve la sociedad, hay que tener en cuenta diferentes factores: la época, los valores sociales y culturales, principios éticos y creencias religiosas.

Aunque no existe un consenso científico respecto a la definición del término, se habla de adicción al sexo cuando la práctica sexual se utiliza para aliviar un malestar y no para buscar placer.

En las últimas décadas, se ha empezado a tratar este problema como se haría con cualquier otro tipo de adicción. Sin embargo, cada diagnóstico se realiza analizando las características individuales del paciente y tiene mucho de subjetivo.

Existen muchas teorías entorno a las causas de la adicción al sexo

  • Impulsividad sexual.
  • Factores neurológicos: daño cerebral, cirugías, uso de agentes dopaminérgicos para el párkinson.
  • Psicodinámica: deseo sexual incontrolable para intentar experiencias sexuales negativas durante la niñez.
  • Predisposición genética. Al igual que en décadas anteriores, cuando se calificaba de ‘ninfómana’ a alguien, hoy en día se cree que la genética podría tener algo que ver con este tipo de comportamiento. Sin embargo, aún queda mucho por investigar al respecto.