Durante su apogeo, el TGP se especializó en grabados en linóleo y madera.
El Taller de Gráfica Popular (TGP), mítico colectivo mexicano de grabadores, en 2023 celebra 86 años de haberse fundado gracias al interés de artistas como Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, Alfredo Zalce, Luis Arenal, Ignacio Aguirre, Isidoro Ocampo, Everardo Ramírez, Raúl Anguiano, Jesús Escobedo y Ángel Bracho. Con el tiempo se les unieron otros más.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
El TGP se creó tras la disolución de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), surgida en 1934. Mientras la LEAR apoyaba las causas de la Revolución Mexicana, el propósito del TGP era utilizar el arte para fomentar sus causas sociales revolucionarias.
Antecedido en 1936 por el Taller Editorial de Gráfica Popular, los fundadores del TGP abrevaron de una rica tradición de grabado mexicano, en especial el legado de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla.
Hugo Covantes, en su libro El grabado mexicano en el siglo XX, 1922-1981, escribe que el curso favorable que tomaron las técnicas de reproducción gráfica en los años 30 del siglo pasado, y la necesidad de organizar una plataforma ideológica y un sistema de difusión de los artistas populares condujo a que en 1937 se creara el TGP, cuyos propósitos, a grandes rasgos, eran la renovación formal y la libertad de investigación.
El TGP se constituía como centro de trabajo colectivo para la producción funcional y el estudio de las ramas del grabado. Desde el principio, su ideología se definió como progresista y democrática, con una posición muy clara en contra de la reacción fascista.
Su declaración de principios planteaba: “Considerando que la finalidad social de la obra plástica es inseparable de su buena calidad artística, el TGP lucha por desarrollar las capacidades técnicas individuales de sus miembros”.
Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas (1934-1940), el trabajo del TGP apoyó las políticas del gobierno, incluida la Expropiación Petrolera.
En 1940, el muralista David Alfaro Siqueiros encabezó un ataque armado contra la residencia de León Trotsky, exiliado de la revolución rusa. Usó las instalaciones del TGP para ultimar detalles y un par de artistas formó parte del escuadrón.