Los insectos, que ya son un manjar en los restaurantes de lujo de todo el mundo, forman parte de la dieta de países como México o Tailandia.
La Unión Europea dio luz verde a la venta de larvas de gusano en polvo, congeladas, en pasta y deshidratadas, mientras que los grillos pueden venderse en polvo parcialmente desgrasado. Para muchos europeos, la idea de comer criaturas que se retuercen o arrastran no es precisamente atractiva.
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Pero los insectos, que ya son un manjar en los restaurantes de lujo de todo el mundo, forman parte normal y saludable de la dieta de países como México o Tailandia.
También han captado la atención de científicos y empresas que buscan sanear la agricultura y alimentar a la creciente población del planeta.
La cuarta parte de los gases que calientan el planeta con su contaminación proviene de la producción de alimentos cárnicos y lácteos.
Las vacas y las ovejas eructan metano, un gas de efecto invernadero potente, y los agricultores arrasan los bosques para hacer pastos y cultivar soja, tres cuartas partes de la cual se destina al ganado.
En ese escenario, si los grillos fritos y las ensaladas de gusanos de la harina sustituyen a algunos filetes y hamburguesas, pueden desempeñar un pequeño papel para detener la muerte de especies y el cambio climático.
“Es un reto enorme hacer frente a la creciente demanda de productos ganaderos”, afirma Tim Searchinger, director técnico del programa de alimentación del Instituto de Recursos Mundiales, una organización estadounidense de investigación medioambiental. “Prácticamente tenemos que buscar todas las vías de solución”.
“Nadie se verá obligado a comer insectos”, afirmó la Comisión Europea en un tuit la semana pasada. Aun así, la medida podría acelerar el cambio a dietas menos destructivas para el medio ambiente.
En Alemania, por ejemplo, cerca de la mitad de la población tiene previsto comer menos carne, mientras que en Estados Unidos la gente come más carne, pero cambia la de vacuno por otras menos contaminantes, como el pollo.
Las proteínas de insectos podrían ser una alternativa barata, sobre todo en los alimentos procesados.
Entre el 35 y el 60 por ciento del peso seco de los insectos está constituido por proteínas. Los insectos son mejores que el ganado a la hora de transformar las calorías de su alimento en calorías en su cuerpo. Además, se reproducen con rapidez y ganan peso rápidamente.