La sinovitis o inflamación por líquidos en la rodilla se puede prevenir, en muchos casos, con un estilo de vida saludable y cuidados adecuados. A veces depende de otras patologías y es más complejo su abordaje
En estricto sentido, la sinovitis de rodilla es una inflamación de la membrana sinovial. Este es un tejido que envuelve la articulación.
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A su vez, allí está presente el líquido sinovial, una sustancia que se encarga de lubricar la zona para evitar que haya fricción y así facilitar el movimiento.
Cuando aumenta la cantidad de líquido sinovial se produce la sinovitis. Esta afección puede ser de dos tipos:
Aguda: aquella que dura menos de 6 meses. Lo usual es que aparezca de manera repentina.
Crónica: si dura más de 6 meses. Puede prolongarse por toda la vida, aunque no presente síntomas evidentes siempre. Lo habitual es que se desarrolle de forma lenta.
Un tercer tipo sería la sinovitis vellonodular, pero es muy rara. Es un crecimiento tumoral benigno que puede presentarse en cualquier articulación. Alrededor del 80 % son en la rodilla.
Causas y síntomas
Hay varios motivos por los que se produce la sinovitis. La razón más habitual es un golpe o un traumatismo en la zona de la rodilla, o bien la realización continua de actividades que causan un impacto, como correr sin realizar la recuperación adecuada.
También es posible que esta patología se produzca por una infección, cuando hay una herida y por ella penetra alguna bacteria hasta la membrana sinovial.
Otras posibles causas son las siguientes:
- Desgaste de la articulación: por la edad, el sobrepeso o el estilo de vida.
- Enfermedades autoinmunes: artritis reumatoide, psoriasis o lupus.
- Enfermedades crónicas metabólicas: como la gota.
- En cuanto a los síntomas, los más característicos son el dolor y la hinchazón. Hay dificultad para extender por completo la pierna y para caminar. También se presenta debilidad en los músculos del miembro inferior.