La rumana remontó este sábado contra Jessica Pegula.
En pleno bajón de la número uno del mundo, Iga Swiatek, Simona Halep es ahora la jugadora más estable del siempre cambiante circuito femenino.
La rumana remontó este sábado contra Jessica Pegula (2-6, 6-3 y 6-4 en 2h12) para alcanzar en Toronto la final del WTA 1.000 de Canadá.
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La disputará hoy 19:30, en busca de su tercer título en el torneo (fue campeona en 2016 y 2018), contra la ganadora del duelo entre la brasileña Beatriz Haddad Maia y la checa Karolina Pliskova.
Es la segunda de la temporada para ella, después de la que jugó y ganó el pasado mes de enero en el WTA 250 de Melbourne, la primera con Patrick Moratoglou como su entrenador.
“Le agradezco mucho que esté a mi lado”, dijo después de abatir a la número siete del mundo con el apoyo multitudinario de una grada poblada de banderas de su país.
Halep lidera la tabla de victorias en torneos de WTA 1.000 entre las jugadoras en activo (183) y ya iguala a la segunda que más encuentros ha ganado en general esta temporada, la tunecina Ons Jabeur, con 37, por detrás de los 48 de Swiatek.
Ganar a Pegula, además, le reporta a Simona volver al top-10.
Es virtualmente novena y podría ser sexta si levanta el trofeo. Tendrá esa posibilidad, entre otras cosas, por el genio endiablado que tiene.
No se da por vencida, aunque se enfade. Y por esa capacidad para defenderse de los ataques de sus rivales, que le da su dinamismo y sus veloces piernas.
En lo que va de año, además de la mencionada final en Australia y la que disputará en la capital de Ontario, ha sido semifinalista en otros cinco eventos, entre ellos Wimbledon.
A sus 30 años largos, con el extécnico de Serena Williams, está en camino de volver a ser candidata a todo.