Ballet Manguinhos, oasis que lucha por subsistir en una favela de Río de Janeiro

La escuela atiende de forma gratuita a unos 410 estudiantes de entre seis y 29 años, mientras 700 personas están en lista de espera

“No sé qué haría sin el ballet. Es mi segunda casa”, dice Vitoria Gomes de Carvalho, de 16 años, quien teme que la escuela de danza clásica a la que asiste en una favela de Río de Janeiro cierre por dificultades financieras.

La preocupación se percibe en sus ojos a través de sus gafas de montura ancha, mientras, enfundada en un maillot rojo, estira la pierna sobre la barra frente al gran espejo de la sala.

Como ella, 410 estudiantes de entre seis y 29 años toman clases de baile gratuitas en Manguinhos, una favela en el norte de Río, mientras otras 700, en su inmensa mayoría niñas, están en lista de espera.

En este barrio que vive bajo el yugo del narcotráfico y donde las clases son regularmente interrumpidas por tiroteos durante operativos policiales, la asociación Ballet Manguinhos es un oasis.

“En la favela, es prácticamente la norma ver a adolescentes embarazadas o ya madres de varios niños. Entre nuestras estudiantes, la tasa de embarazo es sólo de 1 por ciento”, cuenta Carine Lopes, de 32 años, presidenta de la asociación cuya escuela de danza funciona desde hace una década.

Pero su continuidad está amenazada. La pandemia dejó su huella, con la trágica muerte por covid-19 de la fundadora de la asociación, Daiana Ferreira, en enero de 2021. Meses después, sufrió otro golpe: el contrato de financiación de tres años con la fundación filantrópica estadunidense The Secular Society (TSS) acabó, como estaba previsto, y el Ballet Manguinhos se quedó sin una fuente de ingresos importante.

“Con la crisis mundial que vivimos es cada vez más difícil obtener apoyo para una institución como la nuestra”, lamenta Lopes.