(Male V, Nat Rev Immmunol 2022) Cuarta parte
La infección por SAR-Cov-2 en el embarazo aumenta substancialmente riesgos, lo que incluye más del doble de requerimientos de terapia intensiva. En metanálisis de 111 estudios se enfatizó mayor frecuencia de niños prematuros (48%), preclampsia (60%), óbito, mortalidad neonatal y materna (3 veces más cada uno de ellos).
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En la placenta, hay poca expresión de receptores de la enzima convertidora de angiotensina (ACE2) y serina-proteasa (TMPRSS), los que participan en los patrones de infección; puede haber inflamación de la placenta, trombosis y rara vez paso transplacentario del virus al bebé (de 0 a 7.7%).
La historia de vacunación en mujeres embrazadas tiene siglo y medio y, antes de la COVID, apuntalaban en eficacia y seguridad las vacunas contra influenza y tosferina; actualmente se han informado estudios controlados con miles de pacientes (alrededor de 200,000) embarazadas que reciben vacuna contra la COVID, sin riesgo alguno y desde luego con eficacia de la vacuna contra esta infección y eventos potenciales adversos para la madre y su producto y sin ningún riesgo para la mujer ni su bebé.
Aumento de la mortalidad por sobredosis (López G. New York Times abril 24, 2022)
Las muertes por sobredosis en los EEUUA alcanzaron su pico más alto, con 106,000 en el año pasado; en el 2015 la mortalidad relacionada era alrededor de 50,000.
La industria farmacéutica introdujo al mercado en los ’90 los derivados de opioides, los que tienen efecto analgésico débil y algunos médicos pensamos que no debieran prescribirse. La heroína, fentanilo y estimulantes como la cocaína y metanfetaminas, son los productos principales responsables de abuso y elevada morbilidad y mortalidad.