En pleno fin de semana del Super Bowl y mientras miles de aficionados degustaban guacamole en Los Ángeles, Estados Unidos anunciaba por sorpresa que frenaba temporalmente la importación de aguacate mexicano.
El motivo, según Washington, fue la amenaza recibida por uno de sus funcionarios mientras inspeccionaba esta fruta en el estado de Michoacán, donde el considerado “oro verde” se ha convertido en motivo de enfrentamiento entre el crimen organizado.
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Las razones son obvias: el negocio del aguacate mueve millones de dólares y crea miles de empleo gracias sobre todo a la relación comercial entre ambos países.
México, primer productor de aguacate en el mundo, tiene a su vecino del norte como principal cliente. Y en EE.UU., donde el interés por esta fruta creció exponencialmente en los últimos años, la mayoría de aguacate que se come es mexicano.
La medida entró en vigor el pasado viernes, a lo que siguieron una serie de reuniones exprés entre autoridades de ambos países para analizar cómo garantizar la seguridad de los inspectores estadounidenses y desbloquear así la exportación.
Y aunque México se ha mostrado desde entonces optimista en que la situación se resolvería muy pronto, EE.UU. respondió este jueves que, casi una semana después, su postura no ha cambiado.
“Reanudaremos dichas inspecciones (de aguacate) tan pronto como sea posible”, se limitó a decir el Departamento de Agricultura estadounidense en un comunicado, sin especificar su opinión sobre las medidas propuestas por México para desenquistar el conflicto.
¿Por qué se frenó la exportación?
EE.UU. asegura que su equipo de seguridad en México consideró “creíble” la amenaza que uno de sus inspectores de sanidad agropecuaria en Michoacán recibió contra él y su familia.
Funcionarios del Departamento de Agricultura trabajan in situ en el estado mexicano para asegurar que los productos agrícolas cumplen con los requisitos para proteger a su país de plagas y enfermedades.
Poco antes de recibir la amenaza, según comunicó Washington, su inspector cuestionó la integridad de un embarque en particular de aguacate y se rehusó a autorizarlo.
Actualmente, Michoacán es el único estado mexicano certificado y que cumple con los requisitos para exportar a EE.UU. Eso, pese a que en otras entidades cercanas también se cultiva, lo que en ocasiones ha provocado tensiones con productores vecinos.
Este lunes, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que tras la decisión “hay muchos intereses, económicos, políticos, hay competencia, no quisieran que el aguacate mexicano entrara a EE.UU. o predominara por su calidad” en aquel país.
¿Qué solución propuso México?
Desde entonces, representantes de Michoacán y de la embajada estadounidense en México sostuvieron reuniones junto a productores locales esta semana para tratar de encontrar solución al conflicto.
Las autoridades mexicanas propusieron este miércoles varias medidas para reducir la violencia en la región, donde las extorsiones por parte de los carteles son habituales, y garantizar la seguridad de quienes trabajan en el sector aguacatero.
Entre otras propuestas, se contempló la escolta a camiones que trasladan el producto, una red de radiocomunicación y un centro de monitoreo para darles seguimiento a los vehículos, así como la implementación de puestos de control fijos y móviles.
También se puso sobre la mesa una célula de actuación permanente con la Secretaría de Seguridad Pública.
Tras estos encuentros, los participantes mexicanos se mostraron siempre optimistas sobre los diálogos y la postura mantenida ante sus propuestas por los representantes de EE.UU.
“Llevamos dos sesiones de trabajo y creo que estamos a unos días de que se levante la suspensión, sobre todo por la respuesta de los norteamericanos en las reuniones”, dijo este jueves el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla.
¿Qué respondió EE.UU.?
La pelota estaba ahora por tanto en el tejado de EE.UU., que se comprometió a analizar las propuestas de México y dar una respuesta a la mayor brevedad.
Y este jueves, aunque no emitió su opinión de forma clara sobre dichas medidas, su gobierno expuso en un comunicado que su postura sigue siendo la misma.
“El Departamento de Agricultura espera que esta situación sea resuelta de manera que asegure que las exportaciones de aguacate puedan reanudarse, al tiempo que las vidas de las personas que trabajan para poner aguacates en las mesas estadounidenses no se encuentren en riesgo por simplemente cumplir con sus labores de protección”, se lee.
“Debemos recibir garantías de que las vidas de nuestros empleados no están en riesgo (…). Estableceremos protocolos para resolver la situación tan pronto como sea posible”, añade sin dar más detalles de plazos previstos o próximas reuniones entre ambas partes.
En el texto, EE.UU. se muestra especialmente crítico al asegurar que “los incidentes de seguridad en México no se han limitado al programa de aguacate”.
Así, recuerda cómo un empleado del Departamento de Agricultura que trabajaba en sus programas contra la mosca de la fruta y las plagas y enfermedades de los cítricos en el norte de México fue asesinado en 2020.
¿Cómo afecta a ambos países?
Si bien el aguacate que ya estaba siendo enviado hacia EE.UU. en el momento en que se tomó la medida el viernes no se vio afectado, el impacto que este bloqueo tendrá a ambos lados de la frontera será enorme, atendiendo a las cifras.
Para México, el aguacate es su tercer producto de exportación más importante por detrás de la cerveza y el tequila. El año pasado, produjo 2,45 millones de toneladas de aguacate, de las que un 75% sale de Michoacán.
Algo más de la mitad de la producción total mexicana se exporta, y ocho de cada diez de esos aguacates se envían a EE.UU. Según datos del gobierno de Michoacán, su exportación genera 400.000 empleos directos e indirectos, aproximadamente.
Por eso, productores locales ya mostraron su temor de que esta prohibición se prolongue en el tiempo, les haga perder su cosecha o tengan que venderla a menor precio que a EE.UU.
La Asociación de Agricultores y Empacadores de Aguacate de México denunció que, solo durante el primer fin de semana de prohibición, sufrieron pérdidas de US$20 millones diarios.
Por su parte, la dependencia de EE.UU. de esta relación comercial no es menor.
Las condiciones climáticas y de sus cultivos hacen que el país solo produzca alrededor del 10% de su consumo total de aguacates.
En 2021, casi el 90% de lo que tuvo que exportar EE.UU. llegó de México, lo que supuso unos US$2.800 millones.
Ahora, los consumidores en EE.UU. se empiezan a preguntar cuándo esta medida afectará al precio y a la disponibilidad en sus mercados del aguacate, que para muchos estadounidenses se ha convertido en un producto de la canasta básica.