Los Acereros y los Vikingos forman parte de la densa capa de organizaciones que se encuentran en la paridad, confusión o mediocridad.
Con 37 días para que el tren de la postemporada arranque su viaje, la Semana 14 de la NFL inicia con un partido en horario estelar entre dos equipos difícil de descifrar.
Es fácil pensar en las razones por las que cualquiera de los dos equipos puede ganar el partido y al mismo tiempo es fácil pensar las razones en las que pueden perder el juego de esta noche, convirtiendo la atmósfera en un misterio.
Los Acereros vencieron a los Cuervos, 20-19, después de detener un intento de conversión de dos puntos con 12 segundos restantes en el juego.
Fue solo su segunda victoria por un punto en las últimas 10 campañas para Pittsburgh. Los Vikingos pasaron de estar en ascenso con una victoria sobre los poderosos Packers a dirigirse al abismo después de una derrota ante Detroit, equipo que no había ganado en el año y que los vencó en la última jugada.
Sin embargo, cada uno de ellos permanece al contingente que persigue el cuadro de playoffs.
En la rivalidad histórica, Pittsburgh y Minnesota tienen nueve triunfos cada uno, incluida una victoria de los Acereros en el Super Bowl IX, cuando obtuvieron su primer trofeo Vince Lombardi.
Contra los Cuervos, Ben Roethlisberger calló algunas de las múltiples voces que aseguraban que su carrera estaba terminada.
