- “En la larga historia de la humanidad se ha demostrado muchas veces que la vocación es hija legítima de la necesidad”.
Pareciera la historia de un hecho anunciado, hace unos días Xavier Nava Palacios, nieto de Salvador Nava y ex Presidente Municipal de San Luis Potosí, asumió, frente a no más de un centenar de personas –muchos de ellos ex colaboradores en el Ayuntamiento capitalino- la dirigencia del Frente Cívico Potosino (FCP).
En su intervención Nava Palacios aseguro que el FCP es una organización integrada por ciudadanos y de carácter social y que así se mantendrá por mucho tiempo, dicho con el que queda claro que buscará que el Frente Cívico sea de nueva cuenta partido político; también dijo que desde la organización será “un contrapeso frente a las determinaciones y acciones arbitrarias desde el poder” (sic). Algunos otros miembros llamaron a la renovación generacional para que el FCP vuelva a retomar energía.
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Sin embargo, no hay nada nuevo, Xavier Nava pretende emular historias del pasado que por encima parecieran iguales, pero no lo son; en 1958 cuando su abuelo buscó ser Alcalde por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) aprovecho la revuelta interna en el PRI potosino, empujada por el entonces Presidente López Mateos en Contra de Gonzalo N. Santos.
En el camino de su proyecto sumo a los sinarquistas y comunistas, pero sobre todo se hizo de las simpatías de los priístas que estaban en contra de Gonzalo N. Santos; anti santísimo que se acrecentó con la visita a suelo potosino del Presidente Adolfo López Mateos quien en su discurso pronunció la famosa frase “Los cacicazgos subsisten mientras los pueblos los toleran”; así Salvador Nava conforma la Unión Cívica Potosina –sin romper con el PRI- para lograr la candidatura.
El desenlace fue simple, el PRI no le dio la candidatura, Santos impuso candidato y Nava ganó –con el PRI-, el Ayuntamiento de San Luis capital. El movimiento llegó a presionar para la salida del entonces Gobernador Manuel Álvarez quien fue sustituido por Francisco Martínez de la Vega, con quien a pesar de haber hecho una tregua se dio una batalla política intensa dadas las intenciones de Nava de participar en las elecciones de 1961 como candidato a Gobernador.
En la elección de 1961 de nueva cuenta la coyuntura le favorece; logra la suma de los actores políticos y sociales de la entidad que le dieron el empuje para la candidatura y posterior lucha civil que culmino con sus dos arrestos y retiro de la política por 18 años.
Regresa al escenario, producto de un nuevo diferendo, el creado por una parte del sector empresarial de la capital y cacicazgos subsistentes en el altiplano en contra del Carlos Jonguitud Barrios, Gobernador de 1979 a 1985, con lo que es electo nuevamente Presidente Municipal.
En 1991 Nava participa como candidato al Gobierno del Estado contra Fausto Zapata Loredo del PRI, perdiendo la elección; el error de Zapata Loredo de entrar por la fuerza al recinto de Gobierno así como la visión política de Carlos Salinas de Gortari Presidente de la Republica en esa época, hacen que se dé la renuncia de Fausto Zapata y la llegada de un Gobernador interino para convocar a nuevas elecciones, con lo que Nava tampoco logro ser Gobernador, muriendo de cáncer en 1992.
A partir de su muerte el movimiento navista menguo, a pesar de que los miembros del Frente Cívico, convirtieron el movimiento en partido, este no llegó a tener la fuerza que tuvo en vida de Salvador Nava.
De igual manera los acontecimientos políticos y coyunturas históricas fueron menguando en San Luis, el cambio democrático del año 2000 en la Presidencia de la República, la alternancia democrática y la creación de Órganos Electorales Ciudadanos, cambiaron diametralmente el ejercicio de hacer política y con ello las causas efectos para liderazgos como el de Salvador Nava.
Hoy Xavier Nava pretende retomar ese camino, pero en su laberinto se ha olvidado de que actualmente no existen condiciones, ni por asomo, parecidas a las de 1958, 1961, 1983 y 1992, hoy existe un gobierno que fue electo con el casi 56% de los votos, por instituciones democráticas sólidas y con el aval ciudadano, los actores políticos y sociales tienen un acuerdo de participación con el gobierno en turno, para coadyuvar en los retos que vienen.
El mundo y México cambiaron en estos más de sesenta años, hoy son otros los retos, no los molinos de viento.
CONCLUYENDO.
- Conforme la sociología política, todo movimiento con un fin político nunca podrá ser ciudadano.
- Cuando se conformó en los sesentas la Unión Cívica Potosina, llevó el termino cívico para evocar a los ciudadanos, pero era y fue un movimiento eminentemente motivado por un fin político.
- Hoy como entonces el movimiento que retoma Xavier Nava sienta sus bases en fines eminentemente de interés político, de subsistencia, de reconstruirse de querer ser lo que no fue.
- Alguna vez, durante las campañas ya definida su candidatura -la de Xavier- por MORENA-, comenté y escribí ¿Cómo medir a Xavier Nava?, ¿Cómo candidato perredista a Diputado Federal arropado por el gallardismo? o ¿Cómo candidato panista a la Alcaldía de la Capital, con el voto del PAN?, no había forma pues ningún voto era suyo tendríamos que esperar al resultado de la elección y no porque fuera a ganar pues la prospectiva electoral era clara sino más bien para saber lo que representaría.
- Ahora bien, dado el análisis electoral, más de 60% de los votos que obtuvo Nava Palacios en la pasada elección no fueron de él fueron de MORENA, por lo que la contestación a la pregunta en el numeral anterior se responde solita.
- Así que más que por vocación, la necesidad trae al general en su laberinto.