El jardinero y bateador designado de los Bravos de Atlanta Jorge Soler se convirtió en el segundo cubano en ser elegido el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del béisbol de Grandes Ligas en Estados Unidos, impulsando a su equipo a la corona frente a los Astros de Houston.
El lanzador derecho Liván Hernández había logrado esa hazaña en la Serie Mundial de 1997, proporcionando la victoria de los Marlins de Florida.
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“Obviamente estoy muy emocionado de tener la oportunidad de estar en este equipo. Muy emocionado en ser el segundo jugador nacido en Cuba en ganar este premio”, dijo Soler tras concluir el sexto partido de la Serie Mundial frente a Houston.
El conjunto de los Bravos de Atlanta logró el martes su cuarto triunfo en la serie final pactada a siete encuentros con pizarra de 7-0, un marcador en el cual Soler fue determinante al disparar un jonrón a 446 pies del home y colocar a su equipo con ventaja de 3-0 frente al abridor, el derecho Luis García.
Los Bravos de Atlanta obtuvieron la corona al dominar la serie por cuatro victorias frente a dos reveses. Hacía 26 años que no lograban un campeonato de la Serie Mundial.
El jonrón de Soler, quien bateó otros dos cuadrangulares en los partidos 1 y 4 de los seis efectuados, se elevó por encima de las gradas del estadio Minute Maid Park, de Houston.
“Estaba realmente concentrado durante ese turno al bate”, señaló. “Sentí que me había lanzado ya todos los lanzamientos que tenía en su arsenal. Finalmente, en la cuenta de tres bolas y dos strikes, pude conectar un envío en buena zona”, apuntó.
El toletero cubano bateó para .300 en la Serie Mundial incluyendo tres cuadrangulares, seis carreras impulsadas y tres bases por bolas.
Soler, 29 años, había llegado en julio a los Bravos de Atlanta como refuerzo desde el Kansas City Royals. Para la franquicia de los Bravos fue su cuarta corona en Series Mundiales. Antes habían alcanzado los éxitos en 1914, 1957 y 1995.
