Sin recursos para el Fonden

El pasado 5 de septiembre hubo un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter que tuvo como epicentro el puerto de Acapulco en Guerrero

Sin recursos  para el Fonden

El pasado día 5 de septiembre hubo un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter que tuvo como epicentro el puerto de Acapulco en Guerrero pero que se sintió con fuerza hasta la Ciudad de México e incluso en muchas ciudades del país.

En México después de vivir muchas tragedias colectivas que fueron desde sequías, inundaciones, sismos y otros males se creó un fondo para desastres naturales; es decir para atender a la población que quedaba damnificada por eventos de la naturaleza a este fondo se le denominó FONDEN.

Y lo concentraba el gobierno federal quien iba asignando recursos a los diferentes estados según los daños ocasionados por naturaleza que fuera sucediendo.

Pero a instancias del presidente de la República López Obrador este fondo desapareció y el recurso que había se destinó a las llamadas obras sociales de la actual administración.

El argumento para desaparecer al Fonden fue por culpa de “la corrupción que prevalecía en el reparto de la ayuda a los damnificados”, sin embargo, a la fecha no hay ningún ex funcionario procesado por tal delito ni a nivel federal estatal o municipal y en cambio, todos los recursos que tenía ese fideicomiso, desaparecieron por arte de magia.
El Presidente de la República ha anunciado que él entregará los recursos de manera personal y directa a los damnificados de los diferentes eventos desastrosos de la naturaleza.

Si el presidente quiere entregar el dinero directamente a los damnificados, que lo haga. El problema es que no hay recursos etiquetados del presupuesto para tal propósito.

En momentos en que se inicia la discusión del Paquete Económico del próximo año en la Cámara Baja, es conveniente que los diputados se pongan de acuerdo y aprueban una partida exprofeso para atender a la población afectada por desastres de cualquier tipo y si AMLO busca un nombre para ese programa y que todos se lo reconozcan, pues que le ponga Fonden-Bienestar, el chiste es que ayuden a la población afectada que, por desgracia, son los más pobres del país.

Nadie sabe a dónde se fueron y lo cierto es que en estos momentos esos dineros serían la diferencia entre la vida y la muerte; entre la supervivencia o la aniquilación paulatina para cientos de miles de mexicanos.

En el Congreso, los legisladores de todos los partidos se han pronunciado porque se auxilie a la población afectada, empero, mientras que unos; los de oposición, piden que se restituya al Fonden; otros, en cambio, proponen que surjan nuevos programas “con el sello de la casa”.

Debe ser ahora, en momentos que se discute el presupuesto del próximo año en la cámara de diputados, cuando se deban establecer los montos para esos apoyos, así como sus reglas de operación para distribuirlos.
La diputada Ana Teresa Aranda Orozco presentó una iniciativa para que en el Presupuesto de Egresos de la Federación se asigne presupuesto para fondos de apoyo social ante desastres naturales, a fin de garantizar el acceso a los recursos a la población más afectada.

Lo anterior, al presentar reformas a diversas disposiciones de la Ley General de Protección Civil, de la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios y de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

Consideró que la desaparición del Fonden ha dificultado el acceso a los recursos y ya ha costado vidas, particularmente de personas en situación de pobreza.

“Hoy los estados y municipios no tienen acceso ágil a recursos para hacer frente a los efectos de los desastres que han estado ocurriendo y que, por obra de la naturaleza, se seguirán presentando a lo largo y ancho del territorio nacional”, aseveró.

Dijo que es inaplazable instituir el Fondo de Apoyo Social ante Desastres Naturales, así como el Fondo para la Prevención de Desastres y el Fondo para Atender a la Población Rural Afectada por Contingencias Climatológicas, a fin de que el Estado mexicano cuente con un instrumento que facilite el acceso y la distribución de recursos para apoyar a las personas y familias ante los efectos de los desastres naturales.

Las asignaciones en el Presupuesto de Egresos para estos fondos, sumadas a las disponibilidades existentes en las reservas correspondientes, en su conjunto no podrán ser inferiores a una cantidad equivalente al 0.4 por ciento del gasto programable, detalló.

Como esta Iniciativa, hay otras tantas, el meollo del asunto es que las aprueben y no solo quede en propuestas que de nada sirven para la población afectada.

En septiembre y octubre se espera el arribo de más huracanes y uno que otro temblor y ante ello, dirán lo que quieran, pero no hay dinero para atender a las regiones afectadas en cuanto a la reparación de los daños, como a las necesidades de los damnificados; y así será el próximo año.