Boeing anunció la cancelación de un vuelo no tripulado de su cápsula Starliner a la Estación Espacial Internacional (ISS), posponiendo una prueba clave que intentó por última vez en 2019.
Estaba previsto que la nave fuera lanzada en un cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA) desde la Base Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, a las 13H20 locales (17H20 GMT).
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Confirmamos que el lanzamiento del #Starliner Orbital Flight Test-2 de hoy se ha cancelado”, anunció Boeing Space en Twitter.
Durante los preparativos previos al lanzamiento, los ingenieros de la compañía detectaron “indicaciones inesperadas de la posición de la válvula” en su sistema de propulsión, dijo Boeing en un comunicado.
El problema se detectó durante las comprobaciones posteriores a las tormentas eléctricas en la región, agregó la firma.
El vuelo de prueba debía tener lugar el viernes pasado, pero tuvo que ser reprogramado después de que un módulo científico ruso encendiera inadvertidamente sus propulsores tras el acoplamiento con la ISS, haciendo que esta se desplazara.
Después de que la NASA pusiera fin al programa del Transbordador Espacial en 2011, concedió a Boeing y a SpaceX contratos multimillonarios para proporcionar a sus astronautas servicios de transporte a la estación espacial y prescindir de las naves rusas Soyuz, de las que pasaron a depender desde entonces.
El programa de SpaceX ha avanzado más rápido, habiendo realizado ya tres misiones tripuladas. Pero el programa de Boeing se ha quedado atrás.
Boeing se rezaga
Durante un primer vuelo de prueba sin tripulación en diciembre de 2019, la cápsula Starliner experimentó fallos de software que causaron problemas con la forma en que disparó sus propulsores.
Como resultado, Starliner no tuvo suficiente combustible para llegar a la ISS y debió regresar a la Tierra prematuramente.
Una investigación posterior mostró que estuvo cerca de sufrir un desperfecto de vuelo calamitoso mientras reingresaba a la atmósfera también.
Más tarde, la NASA calificó la misión de “llamada cercana de alta visibilidad”, una designación inusual reservada a las cuasi-catástrofes.
Steve Stich, director del programa de tripulación comercial de la NASA, dijo a los periodistas la semana pasada que esta vez tenía confianza.
Queremos que vaya bien, esperamos que vaya bien y hemos hecho todos los preparativos posibles”, dijo.
El Starliner es un gran vehículo, pero sabemos lo difícil que es, y además es un vuelo de prueba y espero absolutamente que aprendamos algo en este vuelo de prueba”, agregó.
La nave transportará más de 180 kilogramos de suministros para la tripulación de la ISS y volará a la Tierra con casi 250 kilogramos de carga, incluidos tanques de aire, para aterrizar en el desierto del oeste de Estados Unidos al final de su misión.