El 6 de octubre de 2018, en el UFC 229, Khabib Nurmagomedov se convirtió en una de las personas del momento. El ruso era un dominador seguido por multitud de gente, pero su combate contra Conor McGregor le abrió las puertas del público no especializado. Derrotó al irlandés y después atacó a su esquina. Esas imágenes dieron la vuelta al mundo, y aunque su publicidad fue mala, le ha convertido en una superestrellas. Fue recibido en Rusia como tal, sus seguidores en redes sociales aumentaron de manera exponencial y se convirtió en uno de los reyes de la compañía. Pese a todo, fue sancionado con nueve meses sin competir por los incidentes que generó.
Durante su castigo, renovó con la UFC y aunque tenía previsto no regresar hasta que finalizase la sanción a parte de su equipo (12 meses por atacar a McGregor), lo hará antes. Este sábado, en el UFC 242, habrán pasado 336 días desde su última pelea. Hay ganas de verlo sobre el octágono y disfrutar de su calidad. Enfrente tendrá al único rival que quería. Durante su ausencia, la UFC programó un cinturón interino de su peso (ligero).
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