De cara a la discusión de las leyes secundarias de la reforma energética en el Congreso de la Unión, la cúpula del PRD emitió un posicionamiento donde advierte que después de “un análisis exhaustivo”, esa legislación no garantiza la seguridad energética nacional para los próximos 30 años, pues se privilegia la entrega de los hidrocarburos a la iniciativa privada extranjera y pone a Pemex en desventaja a la hora de competir con los nuevos participantes en ese mercado.
El sol azteca advierte que “el futuro de Pemex como operador dominante está en riesgo”, pues aún sin que estén listas las leyes secundarias, en la llamada “Ronda Cero”, la paraestatal ya perdió no menos del 60 por ciento de las áreas que puede ser susceptibles de exploración para extraer petróleo y 69 por ciento de los recursos prospectivos, y el 71 por ciento del recurso prospectivo en aguas profundas.
La “Ronda Cero” consiste en la primera asignación que se dará a Petróleos Mexicanos (Pemex) para que elija los campos en los que desea trabajar (exploración y extracción) y en los que tiene capacidad de operar, antes de la entrada de la iniciativa privada.
El posicionamiento, que fue leído en dos partes por el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano y Cuauhtémoc Cárdenas, advierte que la reforma energética traerá consigo expropiaciones y despojos de tierra que podrían derivar en la ruptura del tejido social, así como la aparición de fuerzas armadas de las compañías internacionales, cacicazgos locales, injusticia y exacerbación del resentimiento social.
Asimismo, sostiene que se mantendrán los aumentos en gasolinas hasta el año 2019 y se plantea eliminar los subsidios al consumo eléctrico, por lo que subirán las tarifas en los próximos años.
En el documento de 15 puntos, el PRD recalcó su rechazo a las leyes energéticas que se debaten en el Senado y acusó que la transparencia es un tema abordado tibiamente, además de que la rendición de cuentas y el combate frontal a la corrupción están ausentes en las leyes que se analizarán.
ATADO DE MANOS. El sol azteca calificó como una simulación la supuesta autonomía presupuestal que se le otorga a Pemex, pues explicó que en realidad esa medida se reduce a una mera simplificación administrativa “donde a Pemex se le manda a competir atada de brazos”.
