Pero hoy la situación es totalmente distinta y muchos bebés llegan al mundo por cesárea. De hecho, según el último informe Estado Mundial de la Infancia de Unicef, entre 2006 y 2010 el 38% de los nacimientos se realizaron por esa vía.
Las indicaciones más frecuentes por las cuales se realiza una cesárea son: deterioro de la unidad feto-placentaria, falla de progreso del trabajo de parto, cicatriz de cesárea previa, entre otras.
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En este contexto, los mitos y las creencias rondan esta práctica, entre ellas que si una mujer tiene un hijo por cesárea, los demás deben nacer mediante el mismo método. Sin embargo, no es así y en realidad lo que se recomienda es que la mujer, una vez informada, tome ella misma la decisión de cómo será su parto.
Pero este no es el único mito al respecto, por lo que la médico gineco-obstetra chilena Bernardita Donoso, desacredita algunos otros:
– No se deben realizar más de tres: Se solía pensar que con una cicatriz en el útero, el riesgo de rotura uterina era muy alto. Luego de varios estudios, se llegó a la conclusión que el peligro es sólo de un 0,8%.
– Hay que esperar hasta las 39 semanas de embarazo: La norma es esperar hasta las 40 semanas.
– Una pelvis estrecha sólo permite cesárea: Muchas pacientes quedan con la sensación de que si la primera vez no les resultó un parto, es porque su pelvis no se los permitió o que su útero tenía problemas, cuando la mayoría de las veces, salvo excepciones, es perfectamente posible.
– Si se rompe la bolsa, hay que realizar cesárea: Ello va a depender de la dilatación del cuello uterino con que llegue la madre.
Recomendación médica
Respecto de cuál es la recomendación médica para aquellas mujeres que deseen optar por un parto vía vaginal, Bernardita Donoso comenta que ello dependerá de cuántos hijos desea tener cada paciente.
“Si me dicen ‘ésta será mi segunda y la última’, a lo mejor se justifica tener otra cesárea, pero si es una mamá que quiere tener varios niños obviamente que teniendo un parto disminuye los riesgos para embarazos posteriores”, explica.
Las condiciones ideales para que el parto sea normal es que el bebé esté en posición de cabeza; que su peso máximo sea entre tres kilos 800 gramos y cuatro kilos, y -la más importante- que el trabajo de parto comience espontáneamente.
Asimismo, el parto vía vaginal tiene varios beneficios como que la recuperación de la madre es más rápida y menos dolorosa; disminuyen las complicaciones en partos próximos; la mujer sufre menos riesgos de una eventual rotura de útero; y tiene menos probabilidad de tener depresión postparto.
Si la opción para que nazca un hijo es mediante una cesárea, los cuidados a considerar, a partir de que el intestino se paraliza por un período variable, son de no hablar el primer día, es discutible pero es recomendable no hablar con exceso las primeras 24 horas y mantener una alimentación liviana durante los primeros días.