“Como persona, todo mundo buscamos nuestra felicidad. Espero morir satisfecho con lo que he hecho, en paz, agradecido con la sociedad y con lo que he recibido”, dijo don Lorenzo Zambrano.
En una relajada charla que se llevó a cabo en sus oficinas de Monterrey, el jueves pasado 8 de mayo, el presidente de la cementera más grande de México y una de las cinco más grandes del mundo compartió su visión de estadista empresarial.
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Tuve la gran fortuna de conocerlo tanto en el ámbito personal como en el profesional; su agudeza y visión nunca dejaron de sorprenderme. Algo que siempre destacó fue su gran amor por México. Al respecto, hasta el final de sus días siempre esperó que se hiciera realidad la profecía de que nuestro país, incluido Cementos Mexicanos (Cemex), se convirtiera en una potencia mundial.
De hecho, con una gran sonrisa, aseguró que “tenemos todo para serlo; eso está pronosticado para el tercer tercio de este siglo”, y algo molesto inmediatamente afirmó estar harto de que todo mundo hable mal del país, “de que vean nada más lo malo”.
En esta entrevista con un Diario de circulación nacional, la última en conceder a un medio, y sin duda la más difícil en preparar para su publicación en mi carrera, ya que estaba programada para ver la luz la próxima semana, dio su visión sobre cuál será la próxima revolución industrial, y consideró que será en el área de ciencias de la vida, en biomedicina, en poder reemplazar órganos que sean creados por el mismo ser humano.
También comentó sobre las lecciones que le dejó la crisis de 2009. La principal: tomar las decisiones dolorosas rápido; trabajar en equipo y cuidar a la compañía y a los accionistas en todo momento.
Opinó que la Reforma Hacendaria no ha sido popular y “todos sabemos, en el fondo de nuestro corazón, que hay que poner más, pero aquí creo que se afectó innecesariamente a muchas industrias. Creo que sí hay que cambiarla y hacer énfasis en ayudar más a las empresas medianas y pequeñas, que son las que al final crean más empleo y las que le dan la vitalidad al país”.
El ingeniero Zambrano siempre fue un ferviente creyente de que Cemex seguirá por sí sola mejorando, con él o sin él.
‘Tenemos mucho que mostrar al mundo’
Como persona, ¿qué quiere al final de todo esto, Ingeniero Zambrano?
Uno de mis libros favoritos es Built to Last, o “Construido para Durar”, y eso es lo que buscamos, que la empresa siga sola. Cuando me dicen que Lorenzo Zambrano y Cemex son uno mismo, no es cierto. El éxito es que siga la empresa por sí sola mejorando.
¿Cómo persona, como mexicano?
Como persona todo mundo buscamos nuestra felicidad. Espero morir satisfecho con lo que he hecho, en paz, agradecido con la sociedad y con lo que he recibido. Como mexicano espero que se haga realidad la profecía de que México, Cemex también, va a ser una potencia mundial, tenemos todo para serlo, George Friedman en el libro Los cien próximos años, así, lo pronostica para el tercer tercio del siglo XXI, o sea en 56 o 60 años más.
Regreso a Twitter. Estoy harto de que todo mundo hable mal del país, de que le vean nada más lo malo, sobretodo cuando lo de seguridad (el problema) que todo el mundo andaba corriendo. Es momento de definirse, en Twitter siempre soy positivo porque hay noticias muy buenas en México, los mexicanos tenemos mucho que mostrarle al mundo, ya no estar flagelándonos a cada rato. Sí hay que mejorar muchas cosas, pero más cosas están bien, que mal.
¿Cómo siente la respuesta de la gente? Porque por lo general cuando yo he visto los comentarios que le ponen en respuesta a algo que publica son con mucho aprecio, orgullo hacia usted ¿Se sienten identificados y usted se siente identificado con la gente que lo sigue?
Sí, es un diálogo muy bonito, excepto cuando pierden los Tigres. Compartimos puntos de vista, critican a veces, pero son críticas bien intencionadas; “echan porra”, otras veces, no; recibo noticias buenas, que no sabía que estábamos haciendo en alguna parte del mundo; en fin, es muy agradable. Todo el mundo me decía “¿Twitter?” cuando empecé, y ha sido una forma de expresar, trato de aportar optimismo, a mis seis seguidores.
“La revolución será en biomedicina”
En el mundo hubo una revolución industrial, con diferentes sistemas ¿En su visión prevé que pueda haber otra?
La Revolución Industrial, que empezó en el siglo XVIII en Inglaterra, aumentó la productividad de una persona y permitió que pudiera ganar más; hubo algunas fallas en cuanto a cómo repartir esa riqueza nueva que se estaba creando, que al principio hizo que la riqueza se concentrara, y es una preocupación actual todavía, pero eso se superó y ahora con lo que se puede hacer a través de internet, software, innovación, tecnología de información, se puede unir a todos globalmente, esto es posible y va a serlo más conforme avance la tecnología. La revolución será en el área de ciencias de la vida, biomedicina, en poder remplazar órganos por otros que sean creados por nosotros mismos. Esa área es la que dará más bienestar.
¿Cómo se imagina ese mundo?
Vamos a ver primero lo que ha estado pasando, lo que ha sido muy caro y muy exótico va a ser mucho más accesible a todo mundo: podemos pensar primero en un sistema médico mucho más avanzado. No veo que la sociedad esté lista, o quiera invertir mucho, en salir del planeta, creo que hace cincuenta años pensaban muchos futuristas que para estas alturas…
¿Que fueran comunes los viajes?
Sí, y eso no va a pasar. Dicen que la mejor tecnología es magia. La primera vez que la siente, que la experimenta, que la vive, sorprende y parece magia, así va a pasar, pero más seguido en el futuro. Sin embargo hay que aceptar una cosa: es muy difícil predecir qué viene; se pueden ver tendencias generales, pero cuándo y cómo es difícil. Un peligro que se está manifestando con todo este desarrollo tecnológico, es la pérdida de privacidad de las personas, y a veces se extralimitan. Eso, y otras cosas, van a ser muy discutidas y tiene que encontrarse un balance entre lo qué es público y lo qué es privado.
Hoy en día se ha roto un paradigma empresarial. Las empresas que llegan a tener mayor valor son con intangibles como Google, Facebook, Twitter, pero antes tenían valor por su infraestructura. ¿Cómo ve esto?
Estas empresas de tecnología son valuadas muy generosamente, porque tienen un crecimiento muy rápido y el potencial de llegar a muchos; sin embargo, cuando viene alguna decepción pierden mucho valor en las bolsas de valores. Por otro lado, están las industrias que tienen, como nosotros, muchos activos que tienen a su personal y que no valen nada si no están orientados al cliente. A veces nos cuesta trabajo pensar en eso. La clave del negocio es precisamente satisfacer al cliente, así es como yo veo el cambio de paradigma en las industrias que hacen manufactura: orientarse al cliente.
Es decir, ¿este cambio de paradigma de una empresa que tiene una infraestructura y un activo tangible no tiene por qué desplazar a una compañía que tiene un intangible? A lo mejor en muchos casos está sobrevaluada por su potencial de crecimiento, pero los dos van enfocados a un servicio y atender a un cliente.
Así es, al final es atender lo que quiere el cliente. ¿De qué manera? De la manera en que lo está pidiendo el cliente: con un producto físico y con un producto que lo recibimos a través de una computadora. Lo que tienen en común los dos tipos de compañías es que el recurso humano es muy importante. En estas industrias de alt tecnología de la información los activos salen a la casa del cliente a las 19:00 o 20:00 horas todos los días, ese es el activo de la compañía. Los que estamos más en manufactura, si no tenemos lo mejor no competimos a mediano y largo plazos, y ese ha sido siempre uno de los ejes que ha enfatizado Cemex todo el tiempo: capacitar a las personas que están dentro de Cemex.
“Buenas leyes secundarias nos van a hacer crecer”
¿Qué sabor de boca le dejó la Reforma Hacendaria y el que se vaya a mantener sin cambio hasta 2018?
Todos sabíamos que debía venir una Reforma Hacendaria. Cuando se estaba discutiendo la Reforma dije que quienes tengan más paguen más y en eso estoy totalmente de acuerdo. Pero la Reforma no ha sido popular, las reformas hacendarias en general no lo son, y mucha gente se siente afectada. Todos sabemos, en el fondo de nuestro corazón, que hay que poner más, pero creo que se afectaron innecesariamente a muchas industrias. Sí hay que cambiarla y hay que enfatizar en ayudar más a las empresas medianas y pequeñas que son las que al final crean más empleo y las que le dan la vitalidad al país.
Han salido distintos indicadores de que esta Reforma ayudó para aumentar la recaudación, pero está teniendo efectos negativos en el empleo, en las empresas, en la parte económica, no está resultando un motor que apoye. Recomendaban generalizar el IVA en medicinas y alimentos. ¿A qué cambio se refería que se debería de hacer?
Uno de ellos es ese, precisamente, pero se dio una una Reforma Fiscal que no amplía la base tributaria de forma importante, esa era la oportunidad. Déjame frasearlo de otra manera: la oportunidad que queda es que paguen más quienes más tienen, en lugar de que sean los mismos de siempre.
Hoy en día, ¿cuál ve que es el principal reto para México?
Hay varios: el reto económico, el de seguridad, ciertamente. El reto económico es hacer crecer al país aumentando la productividad, creo que ya se empieza a dar; soy muy optimista de que el crecimiento viene fuerte y se va a dar debido a las reformas estructurales que se han hecho.
¿Usted siente que las reformas, sumadas a la parte macroeconómica, sí van a ayudar al mercado interno para que se detone un crecimiento constante en México?
El crecimiento viene por inversión que cree empleos y que hace que las personas consuman más; por lo tanto, lleva a un círculo virtuoso: más consumo, más inversión, hay que detonar aun más la inversión y que haya certidumbre jurídica. Las reformas estructurales, con buenas leyes secundarias, sí nos van a hacer crecer; si las leyes secundarias son más de lo mismo, entonces fue un desgaste legislativo brutal, sin resultados.
¿Cómo evalúa la gestión del presidente Enrique Peña Nieto?
Ha sido exitosa, al propiciar cambios constitucionales que han hecho posible las reformas. Que recuerde, no hay ningún presidente que haya cambiado tantas cosas para bien en tan poco tiempo. Inclusive, ha sacrificado capital político para pasar las cosas y eso habla muy bien de él. Uno de los retos que tiene es hacer que la economía crezca más. Usando el símil de la construcción, estamos construyendo un México nuevo y hay que irlo acomodando ladrillo por ladrillo y eso es lo que el presidente Peña Nieto está haciendo.
¿Peña Nieto es un buen constructor de cimientos?
Así es, eso es muy cierto, lo está haciendo muy bien, todo eso.
¿Cómo ve el reto de la seguridad?
Usted comentaba que la parte de seguridad es uno de los retos ¿Cómo lo siente? Sobre todo porque en Nuevo León se ha recrudecido en algunas etapas.
Nuevo León está muy bien ahora. Tenemos una policía nueva que se llama “fuerza civil”, que ha trabajado muy exitosamente, se unieron el gobernador, el sector público y el sector privado, para reclutar a tanta gente, en tan poco tiempo, y entrenarla, eso es algo muy importante; sí teníamos problemas graves de seguridad, ya no los tenemos. La solución que se dio en Nuevo León es repetible en otros estados de la República, pero sí requiere que se involucre toda la sociedad.
Mantiene EU su liderazgo geopolítico
Analistas prevén que en los próximos años la economía china supere a la de Estados Unidos. ¿Usted cómo siente que se pueda dar un cambio de orden económico?
Cada día China tiene más peso, primero porque es un país más rico, tiene una parte muy importante de las cadenas de suministro de mucho de lo que consumimos; además, su mercado interno está creciendo rápidamente. Inclusive en la industria automotriz ha sido la salvación de algunas de las empresas europeas por la cantidad de consumo tan grande que tiene. China va a seguir creciendo fuerte y por mucho tiempo y sí, claramente, altera el equilibrio geo-político. Es una civilización muy antigua, son muy orgullosos, no tanto como los mexicanos, pero tienen mucho orgullo de su país y es una potencia mundial.
¿En el momento en que China supere a Estados Unidos, cómo ve a México que es el vecino del país más poderoso de mundo?
Una cosa es que China sea más grande económicamente y otra que Estados Unidos se vaya al pozo. Eso no va a suceder. Estados Unidos va a seguir creciendo, tiene una estructura económica que lo hace muy ágil, que le permite cambiar de dirección muy rápidamente. Nosotros, que operamos en ese país, vemos con mucho gusto como está aumentando el consumo de nuestros productos. China puede ser igual o mucho más grande, va a serlo todavía más, pero tienen un ingreso per cápita aún muy bajo con relación a Estados Unidos.
¿Es decir, no porque la economía china crezca Estados Unidos perderá su liderazgo geopolítico?
Para nada. Además, hay que ser realistas. Estados Unidos tiene las mejores fuerzas armadas del mundo, las usa con mucho cuidado, y tiene un liderazgo indiscutible. Lo que recientemente está pasando con Ucrania, por ejemplo, en donde no están de acuerdo con las decisiones del presidente ruso, y el tipo de sanciones que pueden imponer son tremendas y lo está resintiendo Rusia.
Usted, como responsable de una firma trasnacional y con operaciones en distintos países ¿Cuáles considera que sean los mayores problemas que pueden enfrentar estas compañías en un panorama global?
La falta de certeza jurídica es uno, y otro las guerras civiles entre los países. Salimos muy bien de lo que pasó en Egipto, pero sí hace que uno tenga mucho cuidado en el tipo de país en que está. Entonces los conflictos internos, como lo que sucede en Tailandia, o en el este de Europa, no afecta mucho. Nosotros siempre hemos tratado de estar muy cerca de nuestras comunidades y eso nos ha ayudado mucho a que ellas sean nuestras aliadas, nuestros amigos, porque tenemos los mismos fines: prosperar, que haya bienestar, tener un futuro predecible, y eso nos ha ayudado muchísimo.
“Quisiéramos tener mayor presencia en Asia y Europa”
¿Qué opciones tiene hoy Cemex ante la fusión de Holcim-Lafarge y Lafarge con Elementia en México?
Lo que hicieron Lafarge y Holcim es producto de la crisis de consumo que vimos en los últimos años. Quieren lograr sinergias, muy ambiciosas, por cierto, ojalá que las logren, pero no será muy fácil. Vieron que podían crear valor al unirse, porque sus principales mercados no estaban creciendo. Vieron en la fusión la posibilidad de bajar costos, no tanto aumentar el mercado; van a estar en menos lugares y van a tener que vender activos, y eso nos favorece mucho a nosotros, algunos nos interesan, los podemos comprar y en eso estamos.
¿Esa sería una opción para que Cemex pueda dar la batalla?
Podemos dar la batalla con o sin eso, pero nos gustaría comprar y crecer de esa manera. La batalla se hace con productividad, con buena gestión del negocio, la hacen las personas que están operando el negocio. Con o sin las compras nos va a ir bien, nos iría un poco mejor si hacemos las compras, y se pueden hacer.
¿Qué lecciones dejó la crisis de EU?
Alguien me comentó al empezar la crisis: “no la desperdicies”; entonces la primera lección: hay que tomar las decisiones dolorosas rápido; segunda, es cuando más se necesita trabajo en equipo y tomar decisiones, no hay que posponer las cosas y cuidar la empresa en todo momento.
Otra lección es que uno tiene que reaccionar muy rápido a los mercados. En España, donde el consumo se fue de 100, por poner algo, a 15, la reestructura que tuvimos que hacer fue “brutal”, esa es la palabra, y el negocio se nos volvió una Pyme. En otros lados tuvimos que cerrar plantas, en Estados Unidos las estamos reabriendo. No puedes ser sentimental, hay que pensar en el bien de toda la empresa, de sus accionistas. Pudimos haber emitido acciones hace tiempo para capitalizarnos y no lo hicimos porque hubiéramos diluido seriamente a todos los accionistas y cumplimos con ellos y con los bancos.
¿La estrategia de haber comprado Rinker fue acertada?
Sí. Estoy muy contento con lo que compramos. Lo que hicimos mal sinceramente fue financiarlo todo con deuda, debimos de haber financiado esa compra con deuda y con capital, pero fuimos muy agresivos en cómo nos financiamos. La compra fue buena y nos va a permitir aprovechar la tendencia positiva que está tomando la economía de EU.
¿Sin esto, lo hubieran podido aprovechar?
Si no hubiéramos comprado Rinker habríamos estado limitados en cuanto al crecimiento en EU. Con la organización que ya tenemos, será muy buena inversión y todos nos vamos a acordar de esa.
A nivel global ¿Qué mercados ve con un gran potencial para Cemex?
Toda América Latina, en donde ya existe el Estado de derecho, es muy atractiva; el sureste asiático también, quisiéramos tener más presencia en Asia, y la estamos buscando, pero quisiéramos que esos países tuvieran instituciones políticas sólidas y estables. Y también en algunos países de Europa del este.
¿Para Cemex se abren oportunidades con la Reforma Energética?
Ya las estamos aprovechando con la producción de electricidad eólica, con una inversión muy importante aquí en Nuevo León. Tenemos varios proyectos interesantes que anunciaremos cuando ya estén más avanzados, pero sí la vamos a aprovechar.
¿Ve a Cemex desarrollando mucha de la infraestructura que se requerirá para esta Reforma?
Por supuesto que sí, y hemos probado que somos muy confiables, muy competitivos y una empresa que puede allegar muchos recursos a un solo proyecto grande.
Por lo que se conoce, la parte de generación de energía es para autoconsumo de la cementera. ¿Le gustaría buscar esquemas para poderlo vender al público?
Sí, definitivamente. De hecho, en el último proyecto, Ventikas, el consumo mayor es para otras personas, para otras compañías. Y sí vamos a hacer más, lo que produzca Cemex ya está muy bien surtido por eso.
“Los ciclos en la industria son una forma de vida”
¿Usted qué opina de la doctrina neoliberal o libre mercado?
Yo siempre he creído en el libre mercado, pero no puedes dejar al mercado totalmente sin regulación, ya lo hemos visto con las crisis financieras, cuando desregulas de más se forjan crisis serias. Me preocupa mucho la diferencia, no nada más aquí en México, sino en muchos países, de ingresos entre distintas capas o segmentos de la población. En EU ya es un problema político, cierto porcentaje de la población ha tenido un crecimiento muy fuerte en sus ingresos y el resto ha seguido muy estancado, la gente resiente eso y se está dando en todo el mundo.
Un buen termómetro puede ser que hoy en día en las economías ya se mide “el índice de felicidad”. ¿Es importante?
Al final en nuestra vida lo que queremos es vivir bien, contentos, satisfechos y que no nos falte nada. Es muy importante ver que la familia estará bien porque las reglas del juego son claras, que haya un sistema educativo adecuado, con área de oportunidad, en donde espero que las cosas sí cambien en forma importante, si no, no competimos, así de fácil. Ser feliz tiene significados diferentes para la gente, creo que uno de ellos es saber que las reglas están fijas y son razonablemente predecibles.
¿Un país desarrollado debe aspirar a tener un alto índice de felicidad?
Sí, sin duda. La riqueza en sí misma no hace que la persona disfrute más su vida, que al final es eso.
Como empresario, ¿usted sigue los ciclos económicos o cuál es la estrategia que lleva a cabo?
Sí, seguimos los ciclos económicos y con eso valuamos las adquisiciones de empresas, planeamos lo mejor que podemos; tenemos gente muy capaz en función de lo que vemos que puedan hacer los ciclos. Pero te confieso que en el último ciclo la caída tan espectacular de consumo en todo el mundo, la crisis financiera en donde llegamos a puntos muy delicados, predijimos qué iba a venir, pero no que fuera a ser tan severa.
¿Cómo siente y visualiza el ambiente de negocios hacia adelante, tanto en México como a nivel global?
En general, bien. Durante la crisis, en muchos países hubo una tendencia del gobierno de regular más y meter más la mano en las economías. En algunos casos tenían razón, y lo podemos ver en EU por medio de políticas monetarias y fiscales que levantaron al país y no lo dejaron caer tanto. Los ciclos son, sobre todo en la industria de la construcción, una forma de vida, por eso es muy importante ser muy ágil y poder adaptarse a la realidad.
Aquí en México vamos a disparar la “pistola de inversión” muy rápido y poner en marcha una planta gigante en Puebla, con una inversión relativamente pequeña. Estamos listos para el crecimiento.
¿Es tangible el llamado ‘Momento mexicano’, cuando hay débil crecimiento y todo se apuntala con una mera perspectiva?
Siempre se califican por percepción de mejora y nos están calificando mejor porque ven las reformas trayendo más crecimiento y estabilidad al país, un país que ha manejado su política monetaria con mucho tino. Hemos tenido grandes gobernadores en el Banco de México y ahí están los resultados: tenemos poca deuda con relación al PIB, está bien distribuida en el tiempo, las reservas son altas, y eso da confianza.
Una cosa que quisiera enfatizar es que tenemos como apellido M-E-X, México. Estamos presentes en cincuenta países y con relaciones comerciales con mucho más, somos los embajadores de México en otros lados; estoy muy orgulloso de que hemos mostrado al mundo, a nuestros competidores y al mismo México, que los mexicanos podemos competir en donde sea, eso es muy importante y estamos muy orgullosos de eso.
¿Es por este orgullo que desde su cuenta de Twitter constantemente sube la foto que le envía alguien de un camión de Cemex o una planta en los lugares más remotos del mundo?
Sí, y les da mucho gusto y nos dicen lo orgullosos que es están. Nosotros estamos muy orgullosos de ser embajadores de México en el mundo, que dan la cara compitiendo con alta calidad, con mucho profesionalismo y con una ética impecable.
¿Todo esto se logra por el esquema del Cemex Way, poder tener un esquema global operativo funcional y simple?
Así es, en parte es eso. Lo que tratamos de hacer ahora es que un experto en cualquier parte del mundo esté disponible para el resto de la organización, pasar de una organización de mucha jerarquía a una de mucha más colaboración entre todos. Se dice fácil, se puede hacer y lo estamos haciendo, lo estamos haciendo con tecnología nueva que es la misma de las redes sociales, pero aplicada a nosotros mismos. Es importante ver a una empresa global integrada, si no es una confederación y eso no da valor a las operaciones locales. Las ventajas que les da pertenecer a Cemex o a una empresa internacional es que las mejores prácticas en una parte del mundo las podemos llevar a otras rápidamente.
¿Para este tipo de operaciones globales usted recomienda una estructura organizacional de qué tipo?
Cuando las empresas son grandes ya no las puedes manejar en forma vertical, es muy ineficiente, mata la creatividad de las personas; lo que buscamos es que todos participen, no es fácil. Tiene que ser una organización con ciertos servicios centralizados. ¿A quién le interesa andar haciendo nóminas? Que las haga el experto en eso, nos da un buen precio. ¿A quién le interesa que se lleve la contabilidad de tal manera? Eso no es la base del negocio, que lo haga otro, y lo hacen mejor.
Sí hay ciertas cosas que son comunes a todos los países que hay que centralizar. Le decimos a los países: “lo vamos a hacer incluso mejor y, además, vas a tener más tiempo para atender a tus clientes”. No es fácil porque a la gente le gusta estar rodeada de más gente, pero ya lo logramos y está funcionando.